Aprendizaje respetuoso como parte de la crianza

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Romance de la luna, luna


La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos. 
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando. 

Hace tiempo le leí a B unos versos del "Romance de la luna, luna" de Federico García Lorca.
Debió gustarle la entonación o el sonido de las palabras porque me decía muchas veces que se los repitiera.
Pronto los aprendió y los recita muy a menudo.
Conoce el nombre del poema y el nombre del poeta. Aunque a veces, para hacerme reir, me dice que ese poema lo ha escrito él, y no Federico.
Muchas veces coge el libro de poemas (él le llama "el cuento de la luna, luna") y me pide que le recite versos de otros poemas, que también ha aprendido.
No los poemas completos, parte de ellos.
Las poesías tienen muchos beneficios para los niños pequeños:
- La poesía es una herramienta perfecta para ejercitar la memoria de los niños. Las rimas hacen más fácil la memorización del texto y recitar poemas mejora la expresión corporal y la dicción.
- La poesía puede ser percibida por los niños como un juego. Inventar versos, continuar poemas o simplemente recitarlos, es una actividad divertida que implica a los pequeños y les hace participes del proceso creativo. Al igual que las canciones infantiles, los poemas que los niños aprenden y cantan son parte de su rutina de juegos.
- Aumenta su vocabulario y su capacidad perceptiva. Los niños acostumbrados a escuchar poesía desarrollan más su creatividad, captan mejor lo que ven a su alrededor, tienen una mirada más "sensible" hacia las cosas que les rodean.
- La poesía ayuda a entender situaciones emocionales complejas, mejorando su crecimiento interior.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Tardes de manualidades


Collar de macarrones.
Hemos usado 26 macarrones, aguja e hilo.
Como a B le resultaba difícil ensartar los macarrones directamente en el hilo, lo que hice fue medir hilo suficiente para que entrase luego por la cabeza, y corté el doble. Enhebré una aguja de las mas largas y gruesas que tengo y de esta forma el hilo quedó doble.
B iba colocando macarrones en la aguja, muy emocionado, y yo le iba ayudando a extenderlos a lo largo del hilo.
Al terminar, cortamos el hilo por el lado de la aguja y anudamos los extremos. ¡Y ya está!
Le puse a B el collar y le llevé a mirarse al espejo. Le dió mucha risa verse con el collar puesto.
Luego cogí un folio y dibujé un collar parecido al que habíamos hecho y B lo estuvo coloreando.


Naturaleza colgante.
Cuando salimos a pasear, a B le gusta mucho recoger hojas y flores para llevárselas a casa. Hemos aprovechado algunas para hacer este trabajo.
Simplemente hemos ido atando un trozo de hilo en cada flor y en cada hoja. Otras flores las hemos pegado en una tarjeta.
Finalmente hemos atado cada hebra de hilo en una percha (también se puede usar un palo).
Y ya podemos decorar una pared.


Corazón de algodón.
Para esta actividad dibujé un corazón en una cartulina.
Podemos elegir la figura que queramos.
Puse pegamento en el centro del corazón y B fue cortando trocitos de algodón y pegándolos dentro.
Primero el contorno y luego el interior.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Trazando líneas

Aprovechando su interés por los números, hace meses que le compré a B unas caligrafías para aprender a escribir los números.
Antes de la escritura de los números hay una parte en la que los niños tienen que trazar líneas rectas, inclinadas, curvas... siguiendo unos puntos que hay que unir con el lápiz.
Pues a B estas caligrafías no le interesan mucho de momento, excepto para garabatear sobre ellas.
Algunos días le he propuesto que hagamos juntos estos trazos de las líneas y yo he ido guiando su mano. Pero cuando le he dicho que intente hacerlo él solo, me ha dicho que no, que lo haga yo.
Y como no quiero caer en las obligaciones, me había planteado si dejarlo para más adelante.
Aun así, seguí pensando de qué forma podía relacionar la actividad con algo que fuese de su agrado. Y me acordé de sus libros de dibujos para colorear.
Entonces le propuse enmarcar los dibujos y le pareció muy buena idea.
Pinté varios puntos alrededor de un dibujo y le dije a B que uniese los puntos para dibujar el marco.


Esto le gustó mucho y siguió enmarcando dibujos, uniendo los puntos que yo le ponía.


Y finalmente me dijo que quería seguir haciendo rayas.
Como vi que había acertado, dibujé puntos en una cuartilla para hacer lineas horizontales. En vez de lápiz, B prefirió usar sus ceras de colores.

Seguiremos trabajando sobre las rectas horizontales y luego empezaremos con líneas inclinadas y curvas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Un vaso de agua


B ya ha hecho sus primeros experimentos de ciencias.
Sólo hemos necesitado un vaso de plástico, un cazo y un poco de agua.
El primer día cogí un vaso de plástico y le llené de agua hasta la mitad.
Le dije a B que íbamos a meter el agua en el congelador. El quiso colaborar cerrando la puerta.
Varias horas después sacamos el vaso del congelador y le enseñé el hielo. Se quedó asombrado y me preguntaba que dónde estaba el agua. Aproveché para explicarle que cuando hace mucho frio el agua líquida se convierte en hielo.
Estuvo tocando el hielo un poco.
A continuación eché el bloque de hielo en un cazo y lo puse al fuego. B estaba mirando a mi lado.
Vimos juntos cómo se derretía y le dije que con el calor el agua se volvía líquida otra vez.
No tuvo mucha paciencia para llegar a ver el vapor, eso lo dejamos para otra ocasión.
Después le contaba a su padre que habíamos hecho hielo y luego habíamos hecho líquido.
Pues hoy B, el solito, me ha dicho que metamos el vaso en el congelador para hacer hielo.
Como he visto muy interesado a mi pequeño científico, en lugar de calentar el hielo le he dejado que lo observe mientras se derrite.
Me ha pedido una cuchara y ha estado removiéndolo muy concentrado, hasta que ha roto el hielo y ha comprobado que dentro estaba un poco hueco y había agua líquida que todavía no se había congelado. Esto le ha asombrado aun mas.
Y es que tengo en casa a un niño curioso al que le gusta investigarlo todo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Aprender con las piezas de construcción


He estado leyendo sobre la forma en que los niños de preescolar empiezan el aprendizaje de las matemáticas.
Me han quedado claras varias cosas.
Las habilidades básicas con las que se empieza a trabajar con los pequeños son tres: la clasificación, la seriación y el conteo.
La clasificación es la agrupación de elementos de acuerdo a sus semejanzas. La seriación consiste en ordenar elementos siguiendo un determinado criterio (tamaño, secuencia de colores...). En el conteo no solo es importante que el niño aprenda a contar hasta un número, sino que llegue a comprender la relación de cada número con la cantidad que representa.
El aprendizaje se facilita si lo hacemos mediante el juego, con objetos o situaciones que forman parte de la vida diaria de los niños.
La experiencia debe ser real, a través del tacto y la manipulación de los objetos.
Después de haberme leído la teoría, me olvidé un poco de ella y nos fuimos a jugar.
B tiene un juego de construcción con piezas de diferentes tamaños y colores. Le gusta mucho que nos sentemos juntos a construir cosas. Su imaginación no tiene límites y cree que todo es posible. A veces me pide que hagamos un barco y otras veces me pide que hagamos agua.
Un día nos hemos sentado a jugar y hemos estado viendo que hay piezas grandes (las de tres agujeros), medianas (las de dos agujeros) y pequeñas (las de un agujero). También hemos visto que unas son blancas, otras azules, otras verdes, otras amarillas y otras rojas.
Luego hemos jugado a hacer caminos por la alfombra y hemos hecho un camino de cada color, alineando las piezas de los mismos colores.
Otro juego que tambien hacemos es el de construir torres. A veces B hace torres con piezas del mismo color, aunque el tamaño sea diferente. Otras veces le propongo hacer torres con piezas del mismo tamaño, sin importar los colores.
Últimamente, en juego espontáneo, suele hacer muchas torres con piezas que coinciden en tamaño y en color.
Y así es como B ha empezado a hacer sus primeras clasificaciones.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Reciclando material para nuestras actividades

Ponernos a comprar todo el material que necesitamos para nuestras actividades puede salirnos un poco caro.
Me he dado cuenta de que algunas cosas que tengo en casa pendientes para tirar a la basura las puedo aprovechar y darlas una segunda oportunidad.
Estas son algunas de las que se me han ocurrido, pero seguro que hay más.
Sobres
Los sobres de papel de las cartas que recibimos por correo los podemos usar para guardar recortes o piezas pequeñas.
Botes
De plástico, metal o cristal.
Los botes que quedan vacíos se pueden reutilizar para guardar lapices, material de manualidades, ceras de colores...
Tapas
Hay algunos botes que no me han servido para mi propósito, pero si sus tapas.
Para poner el agua si pintamos con acuarelas (las que son un poco hondas), para mezclar pintura de colores, para hacer traspasos de un recipiente a otro...
Cajas
Las cajas de cartón son muy apañadas para guardar todo tipo de cosas, según su tamaño. Si las decoramos quedan muy vistosas en las estanterías.
Yo he guardado desde cajas de quesitos hasta cajas de zapatos.
Envases de cartón
Cuando hago fichas o tarjetas en papel, es muy fácil que terminen arrugadas o rotas.
Podemos recortar cajas vacías de cereales, de galletas, etc. del mismo tamaño que el trozo de papel que queremos reforzar. Lo pegamos por detrás del papel y ya tenemos una tarjeta mas consistente que no se estropeará tan fácilmente.
Tapones de leche
Esta idea me fascinó cuando la vi en el blog Homeschool en México: Aprendiendo sin escuela.
Desde entonces voy guardando los tapones de rosca de la leche para poder hacer nuestro tablero de números, en nuestro caso del 1 al 20.
Cuando esté terminado os lo enseñaré. Podéis ver la idea original aquí.
Revistas viejas y folletos de publicidad
Nos sirven para comentar imágenes (contar lo que estamos viendo) y ampliar así vocabulario.
También para recortar fotos que luego podemos usar en las actividades.

¿Tenéis más ideas?

jueves, 17 de noviembre de 2011

El abecedario

Para situarnos os diré que soy una española viviendo fuera de España.
Los meses que B fué al colegio, daba las clases en francés.
Aprendió a decir en francés varias listas de palabras que poco significado tenían para él. Aunque tengo que decir que me gustaba mucho (y me sigue gustando) escuchar su pronunciación.
Luego, en casa, se pasaba las tardes recitando las palabras que había aprendido. A veces recitaba sin más y otras veces ponía una especie de musiquilla, supongo que algunas cosas las memorizaban mediante canciones.
Pues tuvo unos días que repetía continuamente las letras del abecedario, eso si, en francés y, claro, sin nuestra Ñ.
Así es que quise hacer mas interesante esta recitación y decidí que podíamos hacernos un abecedario.
Utilicé goma eva (o foam) y unas pegatinas de letras. Y a mi peque le encantó el resultado.
Estuvimos jugando muchos días a nombrar las letras o a buscar letras dentro del abecedario. Todo esto lo hacíamos en francés.
Pero es que yo a mi hijo siempre le hablo en español (por suerte para el, je,je) y ahora se me plantea la duda de si seguir con la actividad como hasta ahora o si empezamos a nombrar el alfabeto en castellano.
Se admiten sugerencias.
Yo, por si acaso, ya me he fabricado una Ñ y se la he añadido a nuestro abecedario.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La vuelta a casa


En Septiembre muchas familias estaban en plena "vuelta al cole". Ahora nosotros estamos viviendo la "vuelta a casa".
Nuestro hijo B tiene tres años.
Un mes antes de su cumpleaños empezó a ir al colegio. Dos meses después hemos decidido desescolarizarle por diversos motivos y circunstancias.
Ahora continuará con su aprendizaje en casa. Y digo "continuará" porque él lleva aprendiendo en casa desde que nació.
Por el momento seguiremos este sistema hasta los seis años. Entonces volveremos a plantearnos el asunto y decidiremos otra vez.
Tengo muchos proyectos e ideas en mente, pero sobretodo intentaré respetar a mi hijo en sus ritmos de aprendizaje, intentaré potenciar su creatividad y tener siempre en cuenta la forma en la que aprenden los niños pequeños. Por eso el juego y la espontaneidad serán fundamentales para nosotros.
Las actividades dirigidas serán propuestas y no impuestas.
Desde aquí compartiré nuestras actividades, nuestros avances y nuestros pequeños logros. Espero también aprender con los comentarios, sugerencias y experiencias de los demás.
Mientras tanto, mi niño y yo seguiremos compartiendo nuestro tiempo y aprendiendo juntos cada día, como siempre lo hemos hecho.
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