Estos días, en las páginas de Facebook que sigo, está circulando una foto con un pequeño cuento: Un antropólogo pidió a los niños de un pueblo que hiciesen una carrera, el primero que llegara se comería una cesta de fruta. Los niños se cogieron de la mano y avanzaron todos juntos hasta el final, después se repartieron las frutas y todos pudieron comer.
Creo que se está perdiendo el valor del compañerismo, de la colaboración, del trabajo en equipo para conseguir objetivos comunes.
Tendemos a ver a la persona de al lado como una competidora y dejamos pasar la valiosa oportunidad del apoyo mutuo como forma de avanzar.
Nuestros niños y niñas son el futuro de un mundo que necesita muchos cambios, pero está claro que esos cambios no los podemos hacer las personas en solitario.
Es posible que eso sea lo que se pretende: niños individualizados que intenten superar siempre a los demás, que vean a los otros niños como rivales a los que hay que ganar. Esforzarse en ser más que el otro.
Pero así no se consiguen los cambios ni las mejoras que tanto necesitamos.
El valor de la superación que debemos inculcar a nuestros hijos tiene que ser en relación a ellos mismos. Esforzarse por avanzar y por mejorar en el propio recorrido, pero no compararse con los demás.
Los niños podrán tener una vida interior más relajada si aprenden que no tienen que ser mejor que nadie y si aprenden que no son menos que otros.
Educar en el compañerismo implica dejar de hacer tantas comparaciones, dejar de decir las notas escolares en voz alta (o colgarlas en los tablones de anuncios, que para el caso es lo mismo) y tantas prácticas parecidas.
¿Os imagináis un grupo de niños con una tarea común?
Cada uno podría ocuparse de aquellas cosas que mejor se le dan y aprender que todos son necesarios y valiosos, y que juntos se puede llegar más lejos que por separado.
Cierto, y es una pena que la sociedad vaya en esa dirección.
ResponderEliminarSaludos
Quizá en nuestra mano esté el evitarlo.
EliminarSaludos
Eso trato de hacerlo cada día con mi hija, educarla en que nadie es mejor o peor que otro. Que juntos podemos hacer mucho. Son pequeños y a veces se les olvida, por eso estamos nosotros ahí para insistirle. Por ejemplo mi hija nunca había tenido afán por ser la primera o mostrar competitividad pero tiene un amiguito que es super competitivo, siempre quiere ser el primero en todo y monta en cólera cada vez que no lo consigue. Su madre está trabajando con él y a veces me comenta que si sigue en esa actitud habrá momentos donde el propio niño lo pasará mal porque las cosas no son así, pero que tiene que aprender.
ResponderEliminarPues desde hace unos días mi hija y otro grupito de amigos muestran esa competitividad que nunca antes habían mostrado.
Así que cada día me toca (y al papá, claro) decirle que la vida no es una competición (aunque alrededor, desgraciadamente haya muchas imágenes y efectos que así nos lo hagan ver) y que no, no la he ganado en subir la escalera, simplemente he subido y ella viene detrás que cada cual tiene su ritmo, que no se trata de ser el primero sino de hacerlo lo mejor que sabes o puedes...y en esas estamos y seguiremos.
Sé que no puedo controlar lo que pasa cuando no estoy delante pero sí se lo repito mucho cuando sí que lo estoy. Al final, como muchas otras cosas, confío en que le cale dentro.
Buen post y profundo como los muchos que haces ;-)
Te felicito por el trabajo que hacéis con vuestra hija.
EliminarEs cierto que los mensajes son muchos y todo no se puede controlar, me refiero a lo que ocurre fuera de casa. Pero el esfuerzo debe ir en esa línea y confiar en que dará sus frutos.
Besos
Y la realidad es que el comportamiento competidor lo llevamos instaurado dentro como algo mecanico desde bien pequeños. Hay que luchar para abandonar ese tipo de conductas y para que nuestros hijos entiendan y aprendan que no es así como debemos ver el mundo. Me ha gustado tu entrada de hoy. Un beso
ResponderEliminarQuizá si que haya un instinto competidor. Ya conocemos esa fase de que todo es mío, de defender lo nuestro.
EliminarSupongo que hay un límite y circunstancias es las que a lo mejor sí que es necesaria cierta competitividad. Pero no como un modo de vida, ni una forma general de hacer las cosas.
Besos
Estoy totalmente de acuerdo, nosotros deberíamos ser nuestra propia medida medida para mejorar...
ResponderEliminarUn beso.
Es que al final es má objetivo hacerlo así para ver nuestros propios avances, sino siempre dependeremos de cómo sea la persona que tenemos al lado (fácil o difícil de superar).
EliminarBesos
Este tema me ha hecho pensar en unos juegos...Yo no tengo ninguno, pero conozco a unas chicas que comercializan en su tienda juegos de mesa cooperativos, donde la misión no es ganar, sino entre todos los jugadores lograr un objetivo común. Has visto alguno de estos juegos? Si te interesa te lo busco.
EliminarBesos!
No conozco estos juegos, pero me parece una excelente idea.
EliminarSi alguna vez te viene bien, déjame algún enlace, pero tampoco quiero molestarte con esto...
Gracias
Si... estoy de acuerdo!!! Pero que difícil, porque reciben el mensaje contrario desde muchísimos ámbitos. Simplemente los métodos de evaluación escolares fomentan la competencia en vez del trabajo en grupo...
ResponderEliminarBesos!
Por eso a mí me gustaría plantear un proyecto grupal al comenzar el curso e ir trabajando durante los meses hasta conseguirlo.
EliminarO el ver en qué punto estaba un niño al comienzo de curso y dónde está al final, para comprobar su propio avance sin importar tanto el de los otros.
Hay tantos mensajes que me gustaría cambiar...
Pues si, y que complicado se hace cuando en el cole y todo a su alrededor ven tanta pasion por ser el primero. Nosotros nunca se lo hemos demostrado pero mi hijo mayor desde muy pequeñito lo ha pasado muchas veces mal por no ser el primero, ahora parece que ya lo lleva un poco mejor pero de vez en cuando se le escapa alguna.
ResponderEliminarEs un tema muy interesante el que has propuesto hoy y si que tenemos que ayudar a nuestros niños a conseguir un mundo mas humano.
Un abrazo,
Maria
A mí me da mucha pena cuando en algunas aulas (ya sé que no es en todas) los niños quedan expuestos ante los demás. Y así van siendo etiquetados: el listillo, el empollón, el torpe, el vago... Ahí ya comienza la lucha por superar a los compañeros, y la frustración cuando no se consigue.
EliminarCreo que el mundo lo cambiamos las personas unidas, en solitario no vamos a llegar muy lejos.
Besos
Me encanta coincidir contigo amiga! Tan importante para el cambio la unión! Compañerismo es una palabra que siempre he pensado que engloba los pensamientos más generosos que puedan existir...
ResponderEliminarAquí me tienes compañera!♥
Es que el compañerismo de los niños y niñas dará después "adultos compañeros", o mamás compañeras, encantadas de recorrer el mismo camino juntas.
EliminarBesos
Oy si,tienes razon,yo lo veo mucho a mi alrededor,hasta a mi hija se lo repito un monton de veces.Cuando me viene a decir alguna nota que ha sacado y que fulana ha tenido tal o cual nota,pues a mi no me interesa,porque si ella ha sacado un 10 se ha ayudado a si misma y delante de mi denota que se ha esforzado mucho y ha recogido esos frutos,y si lleva un 7 y me dice que otros niños de la clase han sacado peor nota pues lo mismo me va a sentar no es que ha estudiado mas que ellos,ha estudiado de 7 y ya esta
ResponderEliminarEse es el camino para hacer de ellos unos niños y niñas no competitivos, sino dispuestos a ayudarse entre ellos.
EliminarBesos
Ufff este telefono,no me ha dejado terminar,bueno ya continuare en otro momento,de cualquier manera que me alegra que hayas sacado este tema.Besitos
ResponderEliminar