La sinceridad, la honestidad, el no mentir... son valores que se intentan inculcar en casi todas las familias.
Buscamos rodearnos de personas en las que se puede confiar y enseñamos a nuestros hijos, desde muy pequeños, que siempre deben decir la verdad.
Sin embargo, hay situaciones en la vida diaria en que a nuestros niños les supone alguna consecuencia negativa el hecho de decir la verdad.
Os pongo un ejemplo: A causa de un enfado doméstico, disgustado y cuando nadie le ve, nuestro hijo coge unas llaves y las tira por la ventana.
A continuación, como él mismo sabe que ha hecho algo incorrecto, viene y nos los dice.
Lo primero que haremos será bajar corriendo a la calle y recoger nuestras llaves.
Lo segundo que ocurrirá va a depender del tipo de educación que se dé en cada familia. En algunos casos habrá un castigo, en otros gritos y en otros una regañina.
Pero casi siempre, en un ejemplo como este, el hecho de haber sido sincero le va a acarrear al niño una consecuencia desagradable para él.
¿Qué ocurre cuando un niño tiene la valentía de decir la verdad?
Y lo llamo valentía porque si sabe que va a enfadar a su madre sería muy fácil callarse y no decir nada.
A pesar de todo, el niño de nuestro ejemplo opta por ser sincero y a cambio nadie le va a felicitar por esa sinceridad, más bien todo lo contrario.
Es muy posible que la próxima vez intente engañar para evitar ese castigo o regañina.
Yo no digo que haya que premiar a un niño que tira unas llaves a la calle siendo consciente de lo que está haciendo. Pero la honestidad de un niño sí que debe ser tenida en cuenta y muy valorada, incluso cuando sea algo que nos enfade mucho.
Yo prefiero que mi hijo me cuente las cosas, por malo que me parezca, antes de que me mienta o me engañe.
Si ha sido maduro para decir la verdad, seguro que también lo es para mantener una conversación acerca de lo que ha hecho y si es necesario que haya consecuencias (dependerá de la gravedad del asunto) incluso podríamos negociar cuáles pueden ser.
Pero siempre decir la verdad debe ser valorado.
Me ha gustado mucho tu reflexión. Y tienes toda la razón.
ResponderEliminarA veces no nos damos cuenta, pero como dices es muy valiente, honesto y maduro por parte del niño ser sincero en un caso que sabe que ha hecho mal y se la va a regañar. Como dices se puede tener una conversación en la cual siempre debería hacérsele saber que valoramos que hay sido sincero a pesar de todo.
Un abrazo
Es que a veces caemos en contradicciones y creo que es por no analizar nuestra forma de reaccionar algunas veces.
EliminarO por pensar que las conversaciones son más apropiadas con niños más mayores y los nuestros son aun pequeños para comprender lo que vayamos a explicarles.
Besos
Totalmente de acuerdo. Yo misma he pecado en ese alguna vez. No lo habré dicho con palabras pero mi actitud demostraba mi enfado.
ResponderEliminarEs una reflexión que nos tendríamos que hacer todos.
Gracias Maribel.
Mi reflexión también es una autocrítica porque yo también he reaccionado alguna vez de una forma equivocada. Y es bueno luego pensar sobre ello y sacar conclusiones para una misma. Por eso he querido compartirlo.
EliminarBesos
Totalmente de acuerdo, la sinceridad debería valorarse mucho, aunque realmente no es un valor en alza en la sociedad actual.
ResponderEliminarA mi me encanta la gente sincera y estoy intentando no estropear el que mis hijos lo sean, porque los peques son sinceros por naturaleza, son nuestras reacciones ante su sinceridad lo que les empuja a mentir.
Lo comparto!
Un besazo!
Es eso, lo que yo me he dado cuenta, que muchas veces con nuestra actitud lo que vamos a conseguir a la larga es que los niños inetenten engañarnos para evitarse ese castigo, regañina, o lo que sea.
EliminarBesos
Creo que muchs veces nos centramos en lo negativo de su conducta y nos olvidamos de que también debemos elogiarlos y alabarlos, me parece superinteresante tu reflexión porque al tiempo que esa madre le riñe por lo de las llaves seguro que un rato antes le dijo algo sobre la importancia de no mentir y de decir la verdad... desde luego educar es muy difícil...
ResponderEliminarSí, es difícil y además caemos a veces en contradicciones.
EliminarQueremos enseñarles unos valores pero al mismo tiempo, y sin darnos cuenta, podemos estar empujándoles justo a lo contrario.
Si queremos que sean niños que confíen en nosotras para contarnos sus cosas, tenemos que tener cuidado para no "castigar" su sinceridad.
Besos
Completamente de acuerdo contigo. De la misma forma que le "regañaríamos" (aunque no sea la palabra más idónea) por la parte "negativa" de su proceder, deberíamos hacer mucha incidencia en la parte "positiva". El reconocimiento es importante en un sentido y en otro.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu reflexión
Es que las consecuencias pueden ser muy variadas dependiendo de la familia...
EliminarCreo que lo importante es tenerlo asumido porque, como contaba más arriba, yo misma he fallado en alguna ocasión quizá por ser demasiado impulsiva y no pararme antes a sopesar las cosas. He llegado a la conclusión de que tiene que ser un ejercicio de autocontrol por mi parte, de saber ver todos los aspectos y reconocer las actitudes buenas igual de fácil que en una situación así podemos ver las malas.
Besos
Comparto lo que comentas. Creo que es fundamental hablar con el pequeño de su comportamiento, elogiar su honestidad y acordar, acordar, si es necesario, un pequeño castigo.
ResponderEliminar¡Una gran reflexión!
Cuantas de nosotras no habremos engañado alguna vez pensando en evitar el castigo que nos podía venir...
ResponderEliminarSi buscamos una relación de confianza con nuestros hijos/as es un error castigar la sinceridad.
Besos
Yo antes de reeducarme como madre hacía esa fallo. Ahora cuando pasa algo así lo que hago (normalmente pasa con Terremoto) es ir a su cuarto, sentarnos los dos en el suelo y tener una charla. Le pregunto porque ha hecho eso y luego le intento poner un ejemplo para saber como se sentiría si hicieran algo así con alguna cosa suya. Normalmente no le gusta y entonces intento que comprenda que el caso ha sido lo mismo. Luego le pregunto para saber que le hubiera gustado que le hicieran a él. Para acabar reflexionamos sobre como lo hemos hecho y como tendríamos que haberlo hecho y nos proponemos intentar la próxima vez hacerlo de la otra forma.
ResponderEliminarSi él se ha retractado y nos lo ha contado no le riño ni le castigo, pero si me aseguro que lo haya entendido. Evidentemente si teníamos algun premio o incentivo que pensabamos darle, lo dejamos aplazado para otro día en que mamá no estuviera disgustada por el comportamiento inicial.
Terremoto sabe que las cosas bien hechas no se premian, pero que al hacer cosas bien mamá puede sentirse muy contenta y hacer alguna cosa extra o tener algún detallito. También sabe que si se porta mal no tendrá castigo (salvo que sea algo muy gordo y sin retractarse)pero evidentemente, esas cosas chachis y guays que se pensaban hacer quedan suspendidas por un tiempo debido a su comportamiento.
Vaya rollo que te he soltado, uffff. Besos y voy a descansar que esto cansa casi tanto como mis negociaciones con Terremoto. Muaaa..
Me gustan mucho esas conversaciones con Terremoto en el suelo de su cuarto.
EliminarYo también cometí algunos fallos y de ahí mi necesidad de reflexionar.
Sobre lo que comentas, dejando a un lado el tema castigos (que quizá escriba algún día contando lo que pienso, aunque sea polémicco el asunto), sí creo en las consecuencias de nuestros actos y sobretodo el saber que lo que hacemos puede influir en los sentimientos de las otras personas, alegrarles o disgustarles. Creo que es importante aprender esto también.
Besos
Maribel,
ResponderEliminarestoy muy de acuerdo con vuestras reflexiones y en casa lo intentamos cada día.
Os voy a contar mi experiencia de lo que puede pasar cuando se educa en la sinceridad, valor denostado en nuestra sociedad.
Yo soy madre de un chico de 22 años educado en el respeto a la verdad y la sinceridad. Ahora él se encuentra con la dificultad de relacionarse pues esta actitud, aunque sea sin brusquedad, no es entendida ni entre los jóvenes ni entre los mayores. Sólamente deciros que un profesor, después de una entrevista en su universidad, le dijo que "con la verdad no se llega a ninguna parte". Suerte que él, después de la estupefacción inicial, decidió ser fiel a sus principios.
En fín, como decía Mafalda, ¡Paren el mundo que me apeo!
Besitos muy sinceros
Carme
Me apena mucho leerte Carme, por lo que nos cuentas de tu hijo.
EliminarYo soy un tanto idealista y aunque sé que la sinceridad, junto con muchos otros valores, se está perdiendo, sí que intentaba creer que al menos se disimulaba un poco. Pero ya veo que abiertamente se critica o se intenta ridiculizar a quienes son fieles a sus principios.
Hace falta entonces educar a niños y niñas con valores, pero también con mucha fortaleza para no abandonarlos.
Besos
Así es Maribel ¡hay que educarles fuertes, muy fuertes!
EliminarHoy, besos reivindicativos
Carme
Este tema de hoy es otro de loa que me causan triseza.
EliminarSI,SI,SI,SI y SI,tienes toda la razon y eso lo tengo yo mas que comprobado,que la mia va pa' los 11 ya ,jeje.Yo tambien prefiero que me lo diga cuando hace algo mal hecho,o una nota bajilla en el cole o una regañina de la "seño".La prefiero mil y mil veces antes de que me lo esconda y es por muchos mas motivos.Primero,el tener que ocultar algo siempre daña el corazon,nos hace infelices,siempre se vive con angustia o miedo de que lo descubran y yo pensar en que mi niña este sufriendo de esa manera,se me rompe el corazon,y eso con solo pensarlo.Se lo que se siente porque yo tambien fui pequeña,claro jeje,me criaron mis abuelos y mi abuela era mas dura conmigo (pero Alhamdulillah porque eso ha hecho mucho bien en mi),y muchas veces pase por esto.Por otro lado :no aguanto cuando se me miente o se me esconde algo,ya lo se,a todos nos pasa igual,pero mi caso es muy intenso,sufro muchisimo,es que siento dolor,me entristece hasta mas no poder y a veces incluso influie en mi vida totalmente y por bastante tiempo(claro que depende y de la persona que lo ha hecho).Porque yo soy una persona muy sincera,a veces demasiado diria,y muy abierta,me gusta la sinceridad puede que mas que otra cualidad en mi y en las otras personas,y perder la confianza en alguien,mas si es muy allegado y querido por mi,me hace sentir mal.Es mas,si se me dicen las cosas cuando se hacen para mi tiene un valor muy grande y aprecio todavia mas a esa persona,la honra mucho mas delante mia y hasta siento orgullo y alegria por contar con personas asi.Si me lo dice soy capaz de hasta sonreir y decir que no pasa nada,ya lo areglamos,porque al ver esa mirada sincera y ese sentimiento de sentirse mal por lo hecho,y que me puede sentar mal,pues se me derite el corazon y no tengo fuerzas de regañar ni de enfadarme,si de charlar sobre ello y hacer ver y darse cuenta de los resultados de hacer o dejar de hacer tal o cual cosa.Y si,a mi hija le he dicho en mas de una ocasion que estoy muy orgullosa de haberme dicho la verdad y que la honra mucho mas,y que tiene que seguir asi porque sera muy importante en el transcurso de su vida,que eso denota nobleza en el corazon.Hmmm pues ya he vuelto otra vez a escribir mi papiro,pero es que no se explicarme (o eso me parece a mi) si no es con pelos y señales,me parece que la gente no lo va a entender al 100% como yo quiero que lo entiendan.Pues gracias ukhty por sacar este tema,me gustaria que siguieramos,in cha Allah,cuando se pueda ampliandolo.Un besito.
ResponderEliminarClaro ujti, seguiremos hablando sobre ello.
EliminarYo te he entendido muy bien porque también valoro el poder confiar en las personas cercanas a mí y cuando falta la sinceridad luego dudas mucho de esa persona.
Y no sólo en los niños, pasa también con los adultos. Si alguien se sincera y nos cuenta algo para no engañarnos, aunque sea algo que nos duela, crfeo que hay que saber valorar el detalle de haber dicho la verdad.
Besos
Yo también huyo de la mentira y pretendo inculcar el valor de ser sinceros, pero es cierto que a veces también caigo es esas contradicciones de "regañar" por verdades. Hoy mismo ha habido dos situaciones de este estilo en casa y en una ha habido regañina y en otra un verdadero gesto de agradecimiento y comprensión. Les voy a volver locos mientras aprendo a gestionar estas cosas!!!!
ResponderEliminarYo creo Lidia que vamos aprendiendo con ellos, en muchas cosas al mismo tiempo. Y que estas cosas nos hacen darnos cuenta de lo que nos queda por trabajar.
EliminarAl final mejoramos todos.
Besos
Estoy totalmente de acuerdo. Ahora que Peque ya es más mayor y se han dado situaciones en las que ha cogido algo y no quiere decírmelo, cuando lo hace siempre valoro mucho (y se lo digo) que me cuente la verdad. Quiero que siempre pueda decirme las cosas, ojalá lo consigamos.
ResponderEliminarUn besote.
Es que a la larga creo que es fundamental que haya una confianza grande y que no se pierda por miedo a castigos o lo que sea.
EliminarEspero que todas lo podamos conseguir.
Besos
♥Me encanta tu reflexión y los comentarios generados! Yo también creo en esta filosofía, es cuestión de principios y equilibrio. Y uso del diálogo en cuanto es posible establecerse. Creo que no hay mayor orgullo que el que uno siente de sí mismo cuando se actúa correctamente y con criterio propio. Se sobrepone a una sociedad tóxica!
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por el debate. Ya espero el de los castigos :)
Seguramente pasa por ese otro tema que también hemos debatido aquí otras veces, de actuar sin necesidad de buscar la aprobación de los demás sino la propia satisfacción de saber que hacemos las cosas bien.
EliminarPorque si buscamos la aprobación de los otros... mal vamos en el tema de tener valores firmes, sobretodo este de la sinceridad.
El tema castigos lo intuyo bastante polémico por la variedad de opiniones y matices.
Saludos
Era yo!
Eliminar¡No te había reconocido!
EliminarQué despiste, jeje