Yo provengo de una infancia en la que a las niñas y niños
nos solían decir “muy bien” cuando hacíamos algo de la forma correcta, y “muy
mal” cuando cometíamos un error.
También tengo que decir que los “muy mal” eran más
frecuentes que los “muy bien” porque se consideraba que hacer las cosas de la
forma adecuada era lo normal y era nuestra obligación, por lo tanto tampoco
tenía tanto mérito, a no ser que lo bueno lo convirtiéramos en excelente,
entonces sí éramos merecedoras/es de alabanzas.
De esta forma, siempre que hacíamos algo esperábamos
impacientes el juicio de los adultos y aprendimos que el valor de nuestros
actos estaba determinado por la valoración que nos dieran nuestros mayores de
referencia.
Me pregunto si viene de ahí mi necesidad de que me digan que
he hecho algo bien, que reconozcan mi esfuerzo o dedicación, la satisfacción
que siento cuando alguien habla en positivo de mi trabajo.
La consecuencia negativa de esto puede ser nuestra
inseguridad cuando no recibimos la alabanza esperada.
Ya siendo adulta he leído mucho sobre lo importante que es,
en la educación de los niños, reforzar lo positivo.
Alabar a nuestros pequeños siempre que hagan algo bueno
(¿bueno para quién?) para propiciar que esa conducta se repita mucho más a
menudo.
También felicitarles con cada pequeño logro para aumentar y
fortalecer su autoestima.
Y ahora, reflexionando, me pregunto si no es esta también
una forma de hacerles dependientes de nuestros juicios, si los niños y niñas no
estarán esperando ansiosos nuestra aprobación y si sus actos estarán dirigidos
a complacernos.
Si yo aplaudo y beso a mi hijo cuando hace determinadas
cosas… ¿no le estaré transmitiendo el mensaje, sin pretenderlo, de que en esos
momentos le quiero más que en otros?
Todo esto son simples pensamientos en voz alta, dudas que me
surgen al haber leído últimamente (en diversos lugares) otro punto de vista
sobre los halagos o juicios positivos.
Tengo que reconocer que todavía estoy dándole vueltas al
asunto, que yo vengo de un modelo educativo de juicios malos y buenos sobre
nuestros actos. Y no es fácil dar la vuelta a toda una forma de pensar, pero al
menos me ha hecho cuestionarme una serie de cosas y también quisiera conocer
vuestra opinión al respecto.
Resuenan en mi cabeza ideas como que los continuos halagos
pueden fácilmente hacer a los niños dependientes de los adultos, perjudicando
así su autoestima y convirtiéndoles en personas inseguras. Todo lo contrario de
lo que nos habían contado (y de lo que queremos para ellos).
También propongo hacer un auto-análisis de las veces que
alabamos el comportamiento de un niño o niña y que pensemos en cuántas de esas
ocasiones el comportamiento alabado a quien realmente beneficia es al adulto,
por lo que podría llegar a convertirse en una forma inconsciente de
manipulación (cuando otro adulto hace algo que le hemos pedido no solemos
decirle “¡Muy bien!” o “¡Bravo!”, lo que solemos decirle es “Gracias”).
El objetivo es que los niños aprendan a disfrutar de su
propia satisfacción ante los logros conseguidos, sin tener la necesidad de
nuestra aprobación. Y nuestro papel puede ser el de acompañantes, participando
en sus actividades y demostrando así que las consideramos valiosas, sin necesidad
de emitir ningún tipo de juicio.
¿Qué os parece?
Podéis leer una brevísima reflexión de sólo varias líneas acerca de juzgar los actos de los niños en Mirando por un agujerito, del blog En cinco líneas.
Y si queréis profundizar un poco más sobre este tema, os
recomiendo la entrada Alfie Kohn: Cinco razones para dejar de decir Muy Bien, del blog Aprendiendo todos de todo.
Hace semanas que leo tu blog y todas las actividades que presentas me parecen muy interesantes. Estoy cogiendo muchas ideas para poder aplicar, dentro de unos meses, con mi hijo. La semana pasada llegó a mis manos el articulo de Alfie Kohn, lo leímos con mi marido, y llegamos al mismo análisis que planteas tu. Me ha sorprendido, de verdad, la coincidencia en tu reflexión.
ResponderEliminarFelicitaciones una vez mas.
Pues a mi me pilla todo esto de nuevo. Nunca lo había leido ni oido, al contrario siempre he leido de lo positivo de educarn en positivo, valga la redundancia, de halabar comportamientos que queremos que se repitan en vez de castigar lo que no nos gustan. Y yo de momento sigo pensando así, leeré cuando tenga más tiempo los articulos que nos aconsejan, a ver si me dan que pensar. Pero a mi de momento me va bien con los niños el "bieeen!" porque consigo que dejen de hacer cosas peligrosas para ellos, porque consigo que dejen de pegarse, que compartan, que se den un beso depués de una disputa, que le devuelva el juguete a su herman@ si le ha sentado muy mal que se lo quitara,...Y no lo veo como manipular, sino como enseñar. Porque para esto yo, para guiarles, para educarles y para enseñarles lo que está bien y lo que está mal. Porque creo que los niños tienen una gran capacidad de aprender y en eso creo que ellos me enseñan más ami que yo a ellos en su ritmo de aprendizaje, pero creo que los valores y la diferencia entre el bien y el mal, que las pautas para moverse en sociedad debemos enseñárselas nosotros.
ResponderEliminarLo de hacerles emocionalmente dependientes de las valoraciones externas no creo que tenga que ver con esto. Creo que es un trabajo de otro tipo, cuando eres adulto, creo por el contrario que una persona es más segura de si misma si se le ha querido suficiente, se el ha animado suficiente, se le ha apoyado suficiente, se le ha valorado suficiente. Es como lo que dicen que si mimas mucho a un niño le haces dependeinte de mimos, no es así, es alrevés! Lo he visto en mis pequeños, a uno de ellos lo he mimado más porque él lo ha pedido más desde chiquitín y ahora es el más independiente emocionalmente de mí, sin embargo otro que era muy independiente de pequeñín ahora es todo lo contrario. Bueno esta es mi opinión, pero ya sabes que no soy ni psicóloga ni nada de eso y que yo siempre sigo aprendiendo de vosotras con vuestras reflexiones, y siempre estoy disfpuesta a cambiar de opinión, asi que leeré del tema, gracias!
Pues me encuentro en el mismo punto que tú, reflexionando mucho últimamente sobre ello, porque vengo del mismo modelo educativo y me encuentro con los mismos articulos acutales al respecto. Sigo dándole vueltas porque he perdido la cuenta del número de veces que utilizo el ¡muy bien! al cabo del día en las terapias, pero es que me emociono tanto cuando conseguimos avances, que no me lo había planteado hasta ahora. Lo que sí estoy intentando es cambiar el "no" por "mejor esto otro". Es decir, si un niño coge mal el lápiz, en vez de decirle "no lo cojas así" le digo, "mejor pon los deditos aquí" y sí que noto que el mensaje lo recogen mejor. Desde que leo sobre esto, lo que intento es cambiar el "muy bien" por darle la competencia a él, tipo "vaya te ha salido un dibujo precioso", pero la verdad es que es un tema que da para pensar muchísimo.
ResponderEliminarUn beso!
Hola !!
ResponderEliminarUna aportación rápida:
- transmitir positivismo siempre es bueno, no somos seres inanimados, nuestra vida está basada en las emociones, hay veces en las que las cosas nos gustan y veces en las que no y tenemos que ser capaces, niños y adultos, de saber transmitirlas con asertividad, con empatía, con madurez.
- creo que la cuestión no está en el alabar o no, si no en la intención con la que lo hacemos: reconocer el esfuerzo de las personas por mejorar y hacerlo de manera explícita es favorable para todos, aprendemos mútuamente a apoyarnos, a escucharnos, a necesitarnos. Niños y adultos.
- A cuantos de nosotros no nos gusta que los demás nos den una opinión constructiva cuando fallamos? a mí sí, lo prefiero antes que el silencio y por supuesto a que me digan " muy mal " sin más explicación. Cuando fallamos es muy positivo a prender a escuchar y entomar las críticas constructivas. Nos hacer crecer y es una oportunidad de aprender. Aparte de eso, aumenta nuestra tolerancia a la frustración. eso sí, tenemos que aprender a hacer críticas constructivas.
- No hay que alabar por alabar ni decir muy mal simplemente y de manera reiterada, por inercia. De la misma manera que no hay que decir " te quiero" porque " toca hacerlo".Se trata de transmitir nuestra opinión, de decir si algo nos gusta o no, aprender a hacerlo, niños y adultos repito. No hacemos las cosas bien por buscar el halago de los demás, aunque lo recibimos de buen gusto, no?
- Decir " bien" o " mal" no quiere decir juzgar ni valorar taxativamente. Tenemos que saber dar explicaciones del porqué e invitar al diálogo con los niños acerca de ello.
Creo por tanto que no se trata de la dicotomia bien / mal, sino de la manera, de la intención. Sólo hace falta que nos miremos a nostros mismo y nos preguntemos acerca de como nos sentimos si recibimos o no " alabanzas", de como nos gusta recibirlas, igualmente con las críticas. No hace falta ir más allá. Y entonces ser sinceros y hacer lo que sintamos en el corazón.
Me tengo que ir. Muy buena idea crear este debate.
Besos
Camino
Muy interesantes vuestras aportaciones y me alegro de haber conseguido el propósito, que era replantearnos las cosas. No necesariamente para cambiar de opinión, porque yo misma sigo reflexionando sobre ello, pero sí para pensar en la posibilidad de otra forma de verlo.
ResponderEliminarQuiero resaltar el hecho de que tanto los juicios positivos como los negativos son juicios, luego cada una pensaremos si son buenos o no.
También la idea de que no emitir juicios no quiere decir quedarnos en silencio o ser indiferentes. Podemos comentar cuánto nos ha ayudado, por ejemplo, que el niño ayude a poner la mesa, sin juzgarlo. Cuando mi marido trae los vasos a la mesa yo no le digo "¡muy bien!", le digo "gracias". Podemos comentar la consecuencia positiva que ha ocurrido con un acto determinado del niño sin necesidad de juzgarla.
Pero repito que pretendo sólo que por un momento nos planteemos las cosas de otra forma.
Otra cosa.
Cuántas veces emitimos un juicio positivo sobre un comportamiento relacionado con el proceso normal de desarrollo y evolución del niño. Este ejemplo lo leí en otro blog (pido perdón por no mencionarlo, pero no me acuerdo), alabamos al niño porque ha hecho un determinado "garabato" dibujando pero nunca se nos ocurriría decirle "¡bravo!" por la huella tan bonita que ha dejado al pisar sobre la arena mojada.
Creo que será un debate muy interesante. Espero seguir leyendoos.
Otro asunto que no he mencionado antes.
ResponderEliminarEs cierto que a los adultos nos suelen agradar los halagos y juicios positivos acerca de nuestros actos.
A algunos incluso se nos hacen tan necesarios que si nos faltan nos sentimos muy mal e incluso heridos en nuestra autoestima.
Si yo sé que he hecho algo bien ¿por qué necesito tanto que otra persona venga a decírmelo?
Es más, ¿por qué si otra persona no me dice lo bien que he hecho algo, empiezo a dudar de si realmente estará bien hecho o no?
¿No será que hemos aprendido que el valor de nuestros actos depende del visto bueno de la persona de turno? ¿No será que nos hicimos dependientes de los juicios positivos?
Y si todo eso fuese la consecuencia de lo que os planteo en la entrada...
Bueno, espero vuestros comentarios.
A esto tengo que decirte una cosilla. En mi caso personal no me gusta cuando me dicen alagos, me siento fatal, me da vergüenza no sé porque, normalmente o no contesto (me hago la loca y sigo con el tema que hablábamos) o digo gracias y ya está. Pero es diferente que te digan "eres una máquina, que pasada lo que has hecho!" a que te digan "pues me gusta comot eha quedado" Lo primero para mi es un alago que bien podría sobrar y lo segundo es una opinión personal sobre algo que bien podría ser contraria o intermedia y si me resulta necesaria si necesito otro punto de vista menos subjetivo que el mio propio. A veces las cosas desde fuera se ven diferente, no sé como explicarlo, imagino que me entendéis. Como que te pones unos calcetines fuxias con unas zapatillas verdes y el pantalón largo y piensas que no se ve pero te dice tu hermana "chica que eso da el cante!" Y como eso en positivo igual, puedes ser super auntoexigente con algo o perfeccionista y estar desechando algo que has hecho que igual objetivamente es muy válido y si no te lo dice otra persona no te das cuenta.
EliminarSi, pero yo me refiero a juzgar actos de los niños que, como han dicho más abajo, no están ni bien ni mal.
EliminarCon el ejemplo que he puesto en otro comentario sobre la retirada de pañal. Probablemente, ni "está bien" que el niño consiga algunos días no hacerse el pis encima, ni "está mal" los días que no lo consigue. Sino que tanto una cosa como la otra son normales en la etapa que está viviendo y no están ni bien ni mal.
Hola Maribel
EliminarYo creo que el problema está en "necesitar" recibir el halago para estar más seguros de nosotros mismos. Pero ese problema no se soluciona dejando de recibir el halago. No se si me explico. Un ejemplo en mi misma:
A mi me gusta mucho cocinar, cuando me dicen que lo que he hecho está buenísimo: me encanta oirlo ! estoy satisfecha que a la otra persona les guste, si señor.
Hay veces en que digo, "pues sí me ha quedado bien ", veces en que no ....Todo es cuestión de opinones. Y hay veces en que creo que me ha quedado bien, Ramon me dice que cree que le falta tal y cual cosa, lo tengo en cuenta pero sigo pensndo que me ha quedado bien. Y viceversa.
Se trata, a mi modo de ver, de no enjuiciar. Yo no me convierto en mala cocinera por que me digan que algo no les gusta, es una opinión a tener en cuenta , puedo coger nuevas ideas, propuestas, que no a todo el mundo nos gusta lo mismo, no?
Y creo que eso es lo importante .... saber escuchar, saber transmitir opniones de manera madura, respetarnos...
Buenas, yo no he leido los artículos que mencionas, cuando puedas les daré un vistazo, pero sin saber de que va me atreveré ha hacer un pequeño comentario general. El ser humano, al igual que muchos animales sociables, suele vivir en grupos, comunidades, pueblos, ciudades. Sálvo que tenga algún problema o limitación, suele ser sociable, necesita relacionarse, tener un contacto (no necesariamente físico pero si emocional) veamos, hace un porrón de años que trabajo en mis compañeros, somos en total cuatro personas, hemos llegado a tener una relación muy especial entre todos, cada día nos contamos cosas, hemos ido ha hacer algunas comidas juntos, si uno se ha cambiado de casa ha organizado una merienda para enseñarla... pero en cambio no se puede decir que físicamente nos toquemos mucho. Entonces, que tipo de contacto tenemos mayoritariamente en nuestra sociedad. La gente se ve por la calle y charla, se saluda, puede darse la mano o dos besos, pero no es que siempre vayas por allí con la mano delante y los dos besos preparados. El contacto físico suele reservarse para el ámbito familiar o un selecto círculo de amigos (que puede ser grande pero son los que has elegido). Y después de este rollo ha que viene lo del comportamiento positivo? Pues que cuando tenemos esta relación, esta charla, que hacemos muchas veces, comentarios, consejos, y si alguien ha hecho algo que nos parece adecuado lo decimos. Todo esto de juicios negativos y positivos forman parte de nuestra naturaleza y de nuestra forma de aprendizaje y de relación. Evidentemente, los juicios positivos son mejor recibidos, normalmente nos estimulan más. Entonces, porque no usar algo natural y más atractivo para comunicar las enseñanzas o simplemente para relacionarnos sin más que no usar algo que no nos causa tanto placer?
ResponderEliminarConseguiras seguramente que un cachorrito no se haga pipi fuera de su cajita de arena si cada vez le pegas. Pero si cuando lo hace le coges, le dices que no y le pones en la cajita ¿no se llega a conseguirlo?
(sigo)
Alguien se ha preguntado si el niño cuando hace algo y nos mira es para saber si lo ha hecho bien y no simplemente para sentirse importante? Evidentemente, cuando le decimos bravo y le corroboramos que ha hecho lo correcto ante una toma de decisiones y encima estamos contentos, pues evidentemente que se sentirá importante. No digo que haya personas que busquen más lo segundo que lo primero.
ResponderEliminarTambién puede ser que nos mire por picardia porque quiere hacer otra cosa y ha ver si mamá no mira... (permitidme esta pequeña nota de humor)
Hay otra cosa que he pensado. El niño reacciona ante un estímulo que se le da para realizar un aprendizaje. Pero sinceramente, el responsable de ese aprendizaje es el adulto. Nosotros seremos los responsables de emplear una técnica bien o mal. Por ejemplo, imaginaros que existiera una sociedad en la que ir robando la comida del vecino fuera algo normal y encima bien visto y valorado. Evidentemente, esto con refuerzo positivo se podría enseñar perfectamente. He puesto este ejemplo tan bestia y subrrealista para hacer ver que el modo de enseñanza en sí no es malo, lo malo sería como emplearemos nosotros los medios que disponemos para enseñar.
Si en la vida hay días que uno está de buen humos y otros menos. Evidentemente en el momento de ensañar no estaremos siempre diciendo "Bravo" el día que estemos depres pues como que será un "uy que bien" o ni eso. Con ello quiero decir que tampoco nosotros estamos todo el tiempo con los refuerzos positivos en los labios, tenemos días, somos padres y educadores, lo que tenemos que hacer es compartir un poco de todo lo bueno de todos los medios y aplicarlos según los estados de ánimo de los que intervienen y según lo que se está deseando comunicar.
Y prefiero no seguir, porque no tengo muy claro si os aporto algo, la estoy liando, estoy teniendo alucinaciones y comentando algo que ni tiene que ver con lo que nos propones o os voy a tener que pagar la caja de gelocatiles que os hayais tomado para descifrar todo el lío conductual que acabo de soltar. Hasta pronto yo también iré a meditar un poco
Laura, puedes seguir todo lo que quieras.
EliminarTus aportaciones son muy interesantes (igual que las demás) y con tantos puntos de vista seguro que sacamos cosas muy positivas.
trestrillistigres estoy completamente de acuerdo contigo. Creo que si le damos suficiente reconocimiento cuando las cosas están bien, de mayores serán más seguros.
ResponderEliminarEs que sobre educación hay tantas "teorías"....
Yo de momento, creo que lo mejor que hay que hacer es reforzar lo bueno, porque sino también es triste que hagan cosas buenas, que veas sus progresos y no lo puedas celebrar con ellos no??
Perdonadme que comente de forma general y no contestando de una en una, es para no repetirme demasiado.
ResponderEliminarEstaréis de acuerdo conmigo, espero, que muchos de los comportamientos que reforzamos positivamente para que se repitan están más relacionados con nuestras necesidades que con las de los niños. ¿Entonces por qué no decirles directamente lo que nos ayuda su comportamiento o lo bien que nos sentimos con lo que ha hecho?
Yo no estoy proponiendo que dejemos de decir lo bueno, sólo que intentemos hacerlo sin emitir juicios. O al menos que pensemos sobre ello.
Yo sigo diciendo "muy bien" muchas veces a lo largo del día, por dos motivos: primero porque todavía no he conseguido posicionarme de una forma definitiva (me cuesta, no es fácil para mí) y segundo porque debido a la costumbre ya me salen por inercia.
El ejemplo de hacer pis me viene muy bien para seguir comentando sobre nuestra experiencia particular. (Ya sé Laura que no te referías a esto en concreto, pero es un buen ejemplo que contaros).
El control de esfínteres depende de un desarrollo madurativo del cerebro, de tal forma que cada niño o niña lo conseguirá cuando esté preparado y no lo podremos adelantar por muchos "muy bien" que queramos decirles.
Hace un año estábamos en pleno proceso de retirada de pañal. Mi hijo recibía aplausos y bravos cada vez que pedía el pis o que conseguía llegar al orinal sin hacérselo encima. Pero aquellas veces en las que no lo lograba (normal, estaba en pleno proceso de adquisición de esta habilidad) y se hacía el pis encima lo vivía como un fracaso. Nunca le regañamos por ello, al contrario, intentábamos tranquilizarle y decirle que no pasaba nada, que lo íbamos a limpiar y no era grave y seguro que la próxima vez lo conseguiría. Pero ¿qué le habíamos enseñado sin quererlo? Que nos agradaba mucho cuando no se hacía el pis encima, que en esas ocasiones nos poníamos muy contentos. Y mi hijo, en su afán de complacernos, se sentía muy mal si no lo conseguía. Es decir, estaba buscando nuestra aprobación. Y fue ahí cuando empecé a plantearme muchas cosas de las que comento hoy. Aunque ha sido hace poco cuando he empezado a leer sobre esta forma diferente de "hacer las cosas".
Hola, tengo una entrada a medias sobre ;-) esto sabiendo que te interesa tanto, voy a ver si la acabo ya y está este fin de semana.
EliminarBásicamente:
- el juicio condiciona: sea positivo o negativo
- juzgamos cosas que no tienen por qué ser juzgadas: como el dibujo, el juego.... y un montón de procesos que son naturales, y que no están ni bien ni mal.
- necesitamos un trabajo personal: y eso es lo más dificil, no cambiar las palabras, sino ver a los niños como personas en proceso, que no hacen las cosas bien ni mal, las hacen según les marca el momento en el que están. Cambiar muy mal, por muy bien, no es hacer un trabajo personal, es cambiar un dogma por otro. (también tengo otra entrada a medias, sobre el trabajo personal)
- los niños necesitan ayuda, que les quieran, que les apoyen....No decir muy bien, no quiere decir que le abandones, o dejes de mostrarle cariño. La moyoría de la gente, cuando dice qué bien, en realidad lo que quiere decir es "te quiero y me alucina ver cómo están creciendo, aprendiendo y evolucionando a cada momento"
Con los niños, cada vez tengo más claro que el juicio, ni positivo ni negativo, no es bueno. Pero esto, como he dicho antes, testoy trrabajándomelo, claro. Hay situaciones que tengo mucho más claras que otras, pero la dinámica es hacia el no-juicio.
EliminarY si mi trabajo personal hacia los niños, ya es difícil, pues hacia mí misma, y hacia los aduñltos..... pufff.
Creo que la clave está en distinguir si el trabajo, es para los demás o es para uno mismo. Los niños trabajan para sí mismos, por lo que tengo claro que el juicio sobra. Y en cuanto a mí misma, ¿cuanto de lo que hago lo hago por mí, y cuánto lo hago para los demás? Mi blog lo hago para mí, para darme cuanta de lo que trabajo en casa, para hacer el ejercicio de escribir, para conocer gente y opiniones diferentes que me complementan, para poner palabras a intuiciones,... Tengo claro de que empezó (y quiero que siga) siendo para mí. Pero a veces me pillo pensando "¿no me van a decir nada de esto, con todo lo que he trabajado, con todo lo que he contado....?" Si es para los demás lo hago diferente a si es para mí. Si fuera para los demás, lo haría con cositas que interesaran a más gente, sería más amable con ciertas cosas, o lo anunciaría por ahí.
Cuando me visto y me arreglo: ¿lo hago para mi? ¿o lo hago para los que me miran?
Cuando hablo con la gente y doy opiniones ¿lo hago solo desde mí? ¿o lo hago teniendo en cuenta lo que van a pensar de mí?
....
Lo dicho, que lo importante es nuestro trabajo personal: trabajar en nosotras, en nuestra seguridad, en nuestro trabajo....
(escribo con un ordenador al que no le funcina la pantalla: no tengo ni idea de lo que acabo de escribir, ya lo siento....)
Me interesa muchísimo.
EliminarEspero esas entradas con muchas ganas, sobretodo la del trabajo personal de los adultos, siento que es ahí donde está la cuestión de todo. Y es un aspecto que me está resultando difícil.
Me parece super interesante el tema y aunque hoy ando a tope, quería dejar aquí mi opinión (sin haber leído todos los comentarios, los leeré por la noche). Los artículos concretos que propones tampoco los he leído, pero he leído sobre el tema y me interesa muchísimo.
ResponderEliminarMuchas veces nuestra forma de actuar y por tanto pensar, viene condicionada por lo que hemos vivido, y "desmontar" tantos años de vivencias... ¡cuesta! Personalmente, y me imagino que muchas de vosotras, hemos crecido con el "muy bien" y el refuerzo positivo permanente. Esto es una realidad y no quiero decir con ello, ni que esté bien ni mal.
Para mí el refuerzo positivo o el muy bien o similares es necesario en momentos puntuales, no de forma permanente porque deja de tener sentido y como en algún momento se ha dicho, parece que el niño/a actúe para satisfacernos a los padres. Pero... tampoco soy de la posición "anti muy bien" porque a todos nos gusta que de vez en cuando nos den una palmadita en la espalda y nos reconozcan lo que hacemos, claro está.
Cuando decimos muy bien, estamos juzgando claramente lo que hacen nuestros hijos. Y nos tenemos que plantear... ¿es necesario juzgar todo lo que hacen? Cuando un niño hace un dibujo... ¿es necesario decirle muy bien cuando te lo enseña? ¿qué sentido tiene? Yo quiero que él dibuje o pinte porque le gusta, no porque el resultado de lo que haga me vaya a gustar a mí. Entonces, para evitar que así sea, creo que es mejor describir lo que vemos, sin emitir ningún juicio..."veo que has utilizado el color rojo mucho, ¿te gusta así?" "has utilizado líneas muy largas y otras más cortas"... simplemente acompañarle, saber que estás allí, pero no emitir un juicio de algo que para mí... ¡siempre es muy bien! ¿Hay algún díbujo al que le diría muy mal?
Para mí sí que hay momentos en los que es necesario, cuando ves que el niño se esfuerza por hacer algo que él quiere y un día lo consigue... Se merece ese reconocimiento y lo quiero compartir con él...¡no voy a negar mis sentimientos y emociones! El otro día se cayó una niña y él, de forma natural, fue rápidamente a ayudarle. Me acerqué y le dije "muy bien", me apetecía decírselo y compartir ese momento que tanto me había llegado. Sí, claro, podría haber descrito lo ocurrido y ya está, pero no, yo quise compartirlo, le abracé y le dije muy bien cariño, has ayudado a la niña que se ha caído.
Maribel, creo que estoy como tú, esto lleva mucho tiempo, tenemos una carga a la espalda de muchos años y cuesta cambiar y pensar de otra forma.
Nunca me he considerado radical de nada o de muy pocas cosas, y cojo lo que va conmigo, con mi forma de ser, de sentir, de pensar... No quiero forzar situaciones, pero sí aprender día a día.
Gracias por esta entrada que nos ayuda a la reflexión. Un besico!
Inma leyéndote, cuando has comentado que el muy bien puede normalizarse ( o algo así, jeje) me ha venido a la mente a mi flaquito que ha aprendido a decir "bieeenn" mientras aplaude y está todo el día hacíendolo. Hace cualquier cosa y dice bieeen! mirandome para que yo lo repita, hasta el punto de cansarte. Pero yo lo veo de otra forma. Es como cuando te piden leer un libro mil veces. Han descubierto algo que les gusta y es una forma para él de expresar algo. Hasta ahora mi niño lloraba mucho y ha dejado de hacerlo y creo que tiene mucho que ver con esto, está encontrando medios de expresar cosas, de llamar la atención de una forma más positiva, aprende que ocn aplausos y sonrisas consigue nuestra atención. Quizá más adelante cuando tengan 2 ó 3 añitos pueda utilizar las explicaciones pero ahora ellos entienden el "bieeen!" y me gusta utilizarlo porque nos entendemos y les da recursos para expresarse.
Eliminar¿Sabes qué me ocurre a mí, Cintia?
EliminarQue mi hijo me dice muchas veces "Bravo mamá" cuando hago cosas tan cotidianas como colocar una cosa en su sitio. Al principio me hacía gracia la ocurrencia, pero después me ha dado por pensar en lo absurdo de la situación.
Y realmente lo que él hace es repetir con nosotros (sus padres) lo que nosotros hacemos con él. Realmente es para reflexionar...
Claro! precisamente a eso me refiero, le has dado un recurso para expresar algo que siente o que quiere decirte. En ese momento quiere tener un detalle contigo o interactuar contigo y utiliza ese recurso que conoce. Yo no lo veo mal porque es pequeño, y con la mamá que tiene seguro que poco a poco según vaya creciendo irá entendiendo como son las cosas, que cosas se celebran y que cosas no. Vamos que me lio con las palabras y lo que quiero decir que para mi no es más que un gesto cariñoso y un recurso que entienden bien los pequeños pero que con el tiempo también aprenden más recursos para demostrar cariño (o a pedirlo en el caso de mi peque)y a utilizarlos correctamente con su situación correspondiente.
EliminarSe está poniendo muy interesante.
ResponderEliminarSobre el hecho de reforzar un logro que ha costado mucho esfuerzo, actualmente lo hago como Inma (es ahora cuando empiezo a plantearme el cambio). Pero reflexionando sobre mí misma y mi hijo, me pregunto qué ocurre cuando a pesar del esfuerzo no se consigue el logro esperado, porque eso ocurre muchas veces a lo largo de nuestra vida, no siempre lo conseguimos todo. Y seguramente el esfuerzo personal tiene también un valor, independientemente de que se consiga o no el resultado esperado.
Vuestros comentarios me están haciendo plantearme más cosas aun.
Hola
EliminarEstoy de acuerdo con la última frase, para mi se trata de eso.
Yo creo que no se trata de juzgar en todas las ocasiones, no es el concepto, para mi ,del " bien" o " mal" al menos siempre.
Esforzarnos por conseguir algo es bueno, está bien, está bien respetar nuestro ritmo, valorarlo poco a poco. Si conseguimos la meta planteada perfecto, si no quizás conseguimos otra diferente,o igual con conseguimos llegar ni siquiera a algo que queríamos, pero creo que " más importante que la meta es el camino ", ya que de todo podemos aprender, a conocernos mejor, a saber cuales son nuestros " dones", a saber afrontar frustraciones de manera positiva .... Creo que es muy importante saber transmitirlo a los niños.
Sobre el reforzar ese logro difícil: ¿por qué creía el niño que estaba haciendo una cosa muy difícil y que no lo estaba consiguiendo? ¿no es motivación suficiente saber que avanzas?
ResponderEliminarSupongo que al final volvemos siempre al mismo punto: la propia satisfacción del niño ante sus actos, sin necesidad del juicio de los adultos.
ResponderEliminarHola de nuevo... que pesada , no ? jeje
EliminarYo no acabo de entender porqué decir " bien" o " mal" tiene que llevar a que los niños o adultos se sientan juzgados... No se.
Por ejemplo: Meter los dedos en un enchufe está mal, no? y nadie se siente juzgado por ello: es peligroso y no hay que hacerlo. Otra cosa es decir: es que eres un desobediente, lo haces todo mal.... es la acción la que no está bien en sí, objetivamente.
Vaya por delante que David con sus 3 años recién cumplidos no es un niño que busque el halago, para nada. Y lo ha oido mucho, de la misma manera que ha oido que hay cosas que no están bien , como escupir en los cristales de los escaparates de la tiendas ( y en el espejo del ascensor ...). Bien explicado eso sí: si escupes se ensucia, no es nuestro , puedes escupir si quieres en la bañera, este no es el lugar para hacerlo , ahora tenemos que limpiarlo... ¿estamos juzgándole ? no .
Cuando pinta : pues sí, me gusta y se lo digo. Me encanta que decida coger los colores, los rotuladores, el papel para pintar, que decida cual quiere y cómo quiere hacerlo, todo está a su alcance : tijeras, papeles diversos, pegamento, gomets, pinturas varias ... Me encanta que busque su momento, su técnica, que me pida ayuda para abrir los botes de témpera cuando no puede hacerlo. Que me diga " yo solo" .Y se lo digo: me encanta que decidas. Y a veces, si no es el momento, porque nos vamos a dormir o tenemos que salir, pues también lo decimos: ahora tenemos que ... pero después si quieres podrás pintar.
Y si lo que pinta me gusta se lo digo. Y si no me gusta tanto también, pero no naturalidad, al fin y al cabo es sólo mi opinión. Pero no le estoy juzgando, no le digo si es un buen o mal pintor, solo que a mi , por ejemplo, no me gustan los colores oscuros, y se lo digo a él de la misma manera que lo haria con un adulto. Le transmito mi opinión y así se lo explico, con confianza, con respeto. Y os aseguro que el volverá a pintar con colores oscuros si quiere, no se siente condicionado, ni yo quiero que se sienta así. Seria diferente que sí ocurriera, entonces cambiaria la táctica .
Parto entonces del hecho de que David no nos ha demostrado que necesite ese halago, que para su edad, tiene mucha tolerancia a la frustración, que nos escucha cuando le explicamos que no a algo, que sus " pataletas" no llegan nunca a un minuto, que le acompañamos en ellas " entiendo que te enfades pero..." que siempre encuentra por él mismo algo alternativo a hacer . Es muy independiente.
Esto me lleva a pensar que no hay fórmulas, que siempre debemos hablar adaptando a nuestra situación y sin generalizar, cada niño, cada família es un mundo.... adoctrinar o dar fórmulas educativas es arriesgado, por que todas las situaciones son diferentes y dependen de muchas cosas ....
no me enrollo más...
besitos
Camino, a mí me encanta que sigas participando tantas veces como se te ocurra algo que comentar, por supuesto.
ResponderEliminarQuiero aclarar primero que no pretendo convencer a nadie de nada. Pero al menos el tema me parece tan interesante como para debatirlo y cuestionarnos una serie de cosas. Después cada una nos posicionaremos en aquello que creamos más adecuado.
Se están tocando puntos muy importantes.
Y uno de ellos es el hecho de para quién hacemos las cosas. Si las hacemos para una misma o para los demás. El ejemplo de cocinar es muy bueno. Si cocino para mi familia es importante para mí saber que a ellos les gusta, si cocino para mí sola probablemente me importe mucho menos.
También me pregunto si somos capaces de decir algo positivo sin juzgar. No es lo mismo decir que me gusta algo que has hecho, que decir que lo has hecho muy bien (esto si es un juicio) porque corremos el riesgo de identificar una cosa con la otra y hacer creer o creernos que sólo lo que nos gusta está bien hecho.
Muchas veces, y hablo generalizando, usamos el "muy bien" para conseguir que los niños se porten o hagan lo que a nosotras nos conviene.
Has comido muy bien porque te has comido la clase de comida y la cantidad que a mi me parecía.
Has dormido muy bien porque lo has hecho sólo en tu cama, sin llamarme y sin molestarme durante la noche.
Te has portado muy bien porque has estado calladito y sin moverte durante horas.
Cosas de este tipo son muy frecuentes.
Sobre las normas o cosas que creemos que no se deben hacer. Sí, estoy de acuerdo, hay cosas que no permitimos. Pero no sé hasta qué punto esto es juzgar, sino más bien explicar por qué no se deben hacer.
Y el tema de dibujar, pues también depende de cómo lo entendamos. Porque si lo entendemos como una forma de expresión que conlleva todo un proceso y etapas, pues entonces el juicio quizá se hace innecesario, de igual forma que a un niño que primero se arrastra y luego gatea y luego se pone en pie no le decimos que lo está haciendo mal o bien, porque no son cosas que estén bien hechas o mal hechas, sino que son así y ya está.
La verdad es que el tema es muy complejo. Mi intención final es sólo compartir mis dudas, reflexiones y cuestionamientos sobre un tema que me parece importante pero a mí misma me resulta complicado.
Quisiera decir una cosa sobre el ejemplo que he puesto de el proceso de empezar a andar.
EliminarYo sí que he dicho "muy bien" ante los primeros pasos de mi hijo. Pero ahora me pregunto por qué, de la misma forma, no se me ocurrió decir "muy bien" cuando le salió el primer diente.
Hola de nuevo, jeje
EliminarCuando me refieria a no adoctrinar no me referia a ti, eh ??? no,no. Es que me he leido el artículo que comentas... uf !! me da la impresión que pone a todos en un mismo saco y no creo que sea así, aparte de que su manera de expresarlo no me acaba de convencer, al fin y al cabo ella sí está juzgando lo que debe o no hacerse... pero, es mi opnión tan sólo, eh ?
Sobre el ejemplo que pones: aprender a andar supone un esfuerzo en el que el niño se implica de manera activa. Que le salga un diente no.....por mucho que quiera no le va a dejar de salir o salirle más deprisa ....
Besitos y adelante con tus reflexiones, son muy válidas para todos !!!
Ya lo sé Camino, corazón, yo tampoco quiero referirme a nadie en concreto, sólo reflexiono en voz alta y lo comparto con vosotras.
EliminarQue conste que yo siempre he sido de las de "muy bien", con lo cual ni se me ocurre criticar a nadie.
Pero sí me parece positivo plantearnos este tipo de pensamientos porque quizá nunca se nos había ocurrido que se pudiera hacer de otra forma.
Y además, no lo voy a negar, me gustan este tipo de debates porque creo que se ponen sobre la mesa argumentos muy interesantes.
Por eso os invito a que sigáis opinando.
Buenas de nuevo, primero y vamos a hecharnos una sobredosis de narcisismo positivo 0:-) en el post que publico Cintia sobre lo de educar a los padres en el concurso de valores, hay unos cuantos comentarios sobre lo que opinio de algunas cosas de las que decis. Que bien que me he quedado después de esta dosis de narcisismo o autoreconocimiento positivo.
ResponderEliminarLuego otra cosa que me interesaba puntuar un poco. Ya os he comentado un par de veces el problema con el mayor, bueno, ahora hace apenas unos meses y con 13 años el niño está empezando a aprender a escribir palabras, ha conseguir más o menos escribirlas si las vas deletreando y con alguna letra aún tiene sus problemas y el aprendizaje con el sistema silábico como que le cuesta un montón y aún está bastante en pañales. Os digo esto a raiz del comentario de Maribel que dice "me pregunto qué ocurre cuando a pesar del esfuerzo no se consigue el logro esperado, porque eso ocurre muchas veces a lo largo de nuestra vida, no siempre lo conseguimos todo" bueno, ahora no es para presumir ni ser narcisista, pero os aseguro que después de lo que he comentado hace un momento podeis suponer que de este tema tengo por desgracia algo de experiencia. ¿Que ocurre?, pues de todo.
En alguna ocasión hay una tremenda frustración, esa frustración puede salir o bien con agresividad o bien negar su momento para no enfrentarse a eso, algo así como el llamado complejo de Peter Pan, si yo me considero aún pequeño, no tengo porque tener estas tareas, responsabilidades, conocimientos, que llevar, por lo tanto yo no soy grande, soy pequeño y no quiero crecer (allí nada). En otros casos tienes pasotismo total, yo no conseguiré nunca hacer esto, o bien, y para que me va ha servir conseguir eso, o bien, para esto ya está papá o mamá y que me lo lean. Todo lo que se os pueda pasar por la cabeza puede ocurrir. Cuando ha pasado esto como he reaccionado. Uffff...
Primeramente y en mi caso un buen asesoramiento por un gabinete psicologico de confianza con incluso el movil de la chica y con su permiso para llamarla en fin de semana si era necesario. No se si eso es habitual, pero yo tuve este privilegio que nunca podré llegar a agradecer del todo. Segundo, muchísima paciencia y el llegar a desarrollar una capacidad de negociación inimaginable. El refuerzo positivo me ha servido de mucho, por eso me gusta tanto. El aprender a dialogar sin importarme el tiempo que iba a perder para hacerle comprender una cosa, aunque no hiciera esa tarde nada más que eso. Esa tarde estaba muy bien invertida. Aprendiendo a escuchar y preguntar para que el niño sacara lo que tiene dentro, sus frustraciones y sus preocupaciones. Cuando conseguia que estuviera tranquilo, exponerle la situació e irle luego preguntando cosas para que él poco a poco llegara a descubrir unas conclusiones, no sólo darselo todo machacado y cocinado, él tiene que formar parte de ese proceso de elaboración y tiene que ser consciente, de esa forma el aprendizaje puede que tenga la oportunidad de darse realmente. Intentar siempre usar un lenguaje y unos ejemplos que le fueran familiares y supiera comprender (decir esto es muy fácil, pero no es fácil hacerlo. La imaginación al poder). El niño necesita saber siempre que pase lo que pase siempre le estas apoyando, siempre te tendrá para lo que necesites y que pase lo que pase nunca será una decepción para tí.
Consecuencias: En ocasiones se conseguia que lo entendiera y le motivabas para continuar. En ocasiones lo único que consigues es una pequeña calma y tienes que seguir trabajando la motivación para lograr que la pequeña calma se convirtiera en un objetivo factible. Otras no se conseguia nada y entonces lo de trabajarlo era muy gordo.
ResponderEliminarConsecuencia segura para la mamá: Un esfuerzo y un agotamiento mental que no os podeis hacer una idea.
Vale, ahora me preguntas como se hace eso. Pues no lo se. Al menos no te lo sabría decir en un solo post. Lo único que te diré es que tienes que conocer mucho a tú hijo, tener mucha empatia y paciencia. Aprendes a improvisar y adaptarte en cuestión de segundos. Todo aquello que emplearon contigo de pequeño no tiene porque funcionar (de hecho conmigo lo del refuerzo positivo más bien que como para nada, lo que estaba a la orden del dia era el lanzamiento de zapatilla y el encerrarme durante horas en un cuarto trastero y con los plomos de la luz quitados)
Evidentemente si un día el peque lo consigue el comentarle todo el esfuerzo que ha hecho durante estos años, el reconocerlo y el felicitarlo por ello, creo que es más un merecido y orgullosísimo premio que no un simple refuerzo positivo o como le querais decir. Mi caso es un extremo, pero podeis extrapolarlo a vuestros hijos. Y de momento dejo que sigais opinando que esto se está poniendo interesante (y aún no me he leido los posts de referencia)
Cielos, acabo de enviarte otro rollazo en dos partes y sólo ha salido la segunda y no tengo copias, no me digas que se ha perdido que si tengo que volver a montarlo me da.
ResponderEliminarYa está Laura, se había grabado como spam.
EliminarMe gustaría saber si con tu hijo pequeño lo haces de la misma forma, si te apetece contarnos.
EliminarEstoy de acuerdo contigo sobre lo que comentas del esfuerzo que hace tu hijo y la motivación que necesita. Pero cuando yo hablaba del valor del esfuerzo, me refería a si no lo consigue. Si también le felicitáis por el empeño que puso y porque lo intentó con muchas ganas.
Ahora tengo que ir a una diada deportiva en el cole del mayor, pero más tarde te comentaré de cuando era peque, porque se lo detectamos a los tres y medio y llevo muchos años con eso. Te adelanto que evidentemente, durante todo el proceso aunque no le salga y si al final no le sale pues si que le voy felicitando por su esfuerzo. El esforzarse por hacer algo, el ir intentándolo sobre todo cuando le cuesta tanto por su parte, el espacio de tiempo es tan grande, en mi caso llevo diez años tras ello, y el ver que pese a todo el sigue en ello es algo que se merece por derecho propio no solo un reconocimiento, sino que una felicitación constante y todos los ánimos que puedas reunir para seguir dandole ánimos para continuar. El intentar y que te salga algo tiene mucho mérito, pero el ver que no te sale y seguir intentandolo durante años eso es más valioso que todo el universo junto. Hasta luego
EliminarHola, ya he vuelto, veo Maribel que me pedias por el peque, esta mañana he creido leer cuando el mayor era peque, jeje. Bueno, te responderé a los dos casos. En ambos he hecho lo mismo, evidentemente, el peque no me ha planteado unas situaciones tan extremas como su hermano, pero también he empleado lo mismo. Refuerzo positivo ante las cosas que va explorando y logrando o simplemente se interesa por ello. Luego digamos el no refuerzo positivo sobre todo con las rabietas. Evidentemente vigilo que no se haga daño ni rompa nada, pero si quiere una cosa y le digo que no puede ser, que ahora no y será más tarde o lo que sea y me montaba una pataleta le dejaba hacer. Las pataletas le duraban luego segundo y eso que el peque tiene un caracter superfuerte con una personalidad abasalladora. Una vez cuando bebé estaba hablando con mi suegra por telefono y el peque quería que le diera la cámara de fotos, le dije que no y me montó un pollo. Mi suegra me preguntó que le pasaba y se lo comenté, su respuesta fue, a bueno, bien que haces. Recuerdo que luego le hice una foto de berrinche y luego cuando se hubo calmado se la enseñé y le explique que le había pasado y si preferia estar con esa cara o con la de la foto anterior. No se si lo entendió, pero siempre con mis dos peques desde pequeños, incluso antes de que supieramos que tenía el mayor, siempre los he tratado como una persona mayor, adaptando el lenguaje y las explicaciones. El que sean pequeños no quiere decir que sean tontos, siempre he intentado explicar todos los temas mundanos y sin importancia, científicos o más complicados como si fueran personitas y no niñitos pequeñitos. Así que las historias de que los niños lo trae una cigüeña o que cuando alguien se muere se convierte en una estrella nunca se han dicho en casa. Los niños se forman en las barriguitas de las mamás y luego salen para estar con nosotros. La abuela cuando murió la enterramos en el cementerio y fuimos a ver su tumba, la abuela está aquí dentro, al menos su cuerpo, su alma nadie sabe exactamente donde está, pero su recuerdo está dentro de cada uno de nosotros y ese recuerdo será bueno o malo según se haya portado esa persona con nosotros cuando estaba viva.
EliminarAcabé la entrada:
ResponderEliminarhttp://seeducansolos.wordpress.com/2012/05/11/por-que-no-decimos-muy-bien/
Un saludo
Me paso a leerte.
EliminarOs recomiendo que paséis a leerlo.
EliminarPodéis estar o no de acuerdo, pero sinceramente creo que es un texto muy bueno.
En casa, el refuerzo positivo es fundamental pero para nosotros refuerzo no es “el muy bien” y el no refuerzo o crítica el “muy mal”. No nos gusta ver las cosas ni blancas ni negras, preferimos enseñarle a nuestra hija que los términos medios existen y aunque no siempre es fácil encontrarlo; pero se vive mucho mejor tratando de mirar las cosas con una perspectiva más amplia. Si estás en la mitad, puedes subir y bajar para equilibrar. Lo tan alto o lo tan bajo es como ni lo mucho ni lo poco.
ResponderEliminarPara nosotros, un refuerzo positivo es mucho más que un “muy bien”. Es un enseñar, acompañar, dar libertad para hacer y deshacer (siempre que no haya peligros, se entiende), es darle la total confianza y seguridad de que estás ahí cuando te necesite, es sentirte orgullosa, es hacerle ver que hay peligros, que a veces las cosas no son como les gustaría, es compartir un fracaso, es dejarle que se equivoque, que rectifique, que sepa pedir perdón, es hacerle tener la seguridad, pase lo que pase, de que le quieres....y un largo etcétera que en ningún momento comparto que sea para beneficio de los padres.
Creo que es importante que los niños aprendan que a otros puede no gustarle lo que hagamos y eso no significa que esté mal ni que ya no lo queramos; porque si están seguros y tienen un buen refuerzo positivo (de lo que explico que para mí es refuerzo), sabrán que es tu opinión pero nada más.
En cuanto a lo de la retirada del pañal, he tenido dos semanas para experimentar y de nuevo hemos vuelto al pañal. No por mí, sino por mi hija. Ella por alguna razón creyó que estaba preparada y hemos estado acompañándola, reforzándola y animándola pero después de muchísimos escapes que más que escapes es “no aviso, no voy y me lo hago encima, después aviso para que lo limpien”, ella misma decidió que no quería hacer en el orinal. No está preparada y cuando llegue el momento lo estará. Cierto es que la hemos animado y reforzado cuando lo hacía bien pero también hemos estado con ella cuando lo hacía fuera que era la gran mayoría de las veces, y no ha pasado nada y sabe que la queremos exactamente igual porque está aprendiendo. Y para nosotros siempre es y será una campeona, aunque a veces haya cosas que no nos gustan. Ella lo sabe y está segura de eso.
Yo le digo muchísimas veces al día, todo lo que me gusta que ella hace, así como también si hay cosas que no me gustan. Intento evitar el no, y lo sustituyo por una explicación entendible para su edad o busco una alternativa y hasta ahora no hemos tenido problemas, más bien lo contrario.
Creo que la naturalidad, las explicaciones desde el corazón y los ejemplos de sus principales referentes hacen que un niño tenga seguridad, confianza, alta autoestima, etc...y que él mismo vaya aprendiendo por sí solo lo que está bien o lo que está mal.
Esta es nuestra forma de hacer las cosas, como cada familia elige la suya. Siempre decimos que cambiaremos nuestra forma de pensar o actuar sólo cuando veamos que a nuestra hija no le va bien, mientras observamos cómo las rabietas no llegan ni a ser rabietas porque sabe que si algo es no, siempre tratamos de negociar para poder llegar a un acuerdo en el que todos salgamos favorecidos o lo menos perjudicados. En definitiva, creo que siempre se puede llegar a un acuerdo para que todos aprendamos y nos mantengamos en ese punto intermedio donde podamos equilibrarnos, permitirnos caer y volver a subir.
No es nada fácil pero de eso se trata, de aprender juntos.
Claro, es que vosotros lo que estáis demostrando es el amor incondicional sin necesidad de juicios.
EliminarPero a veces (y no me refiero a vosotros, sino de forma general) es más necesario mostrarlo con actos que con palabras.
Acabo de leer el comentario de jirafa y estoy completamente de acuerdo con ella, de hecho se parece mucho a lo que hacemos o al menos intentamos hacer en casa.
EliminarEl mayor hace poco me ha preguntado si una pistola y un cuchillo son malos. Mi respuesta es que los objetos no son buenos ni malos, solo son objetos, el ser buenos o malos depende del uso que les demos. Si una persona necesita comida para sus hijos y tiene un coto de caza y va ha cazar con la pistola, cocina la comida y usa el cuchillo para cortarlo y comer todos, entonces la pistola y el cuchillo son buenos puesto que el uso que se ha hecho con ellos ha sido buscar comida y dar de comer a la familia. Pero si esos objetos los emplea un ladrón o un asesino para cometer un crimen, entonces la pistola y el cuchillo son malos porque se ha hecho un mal uso de ellos. Con la educación y los valores pasa algo parecido. Los métodos educativos y los valores que queramos darles, no siempre son malos o buenos, todo dependerá de como lo apliquemos, lo enfoquemos o si queremos en vez de educar manipular a nuestros hijos. Creo que me pillais.
Es un tema muy interesante Maribel, me ha dado muchísimo que pensar y aún sigo dándole vueltas al tema, porque una parte de mí tira hacia un lado y otra parte de mí tira hacia otro...
ResponderEliminarMás que nada porque eso de que se habitúen a buscar la aprobación de otros me da un miedo horrible, porque la situación no tiene por qué ser siempre buena y lo mismo acaban haciendo algo que está mal simplemente porque saben que con ese acto X persona le va a felicitar.
Seguiré pensando e informándome sobre el tema, a ver si de aquí a que tenga a mi enano insha Allah ya me he aclarado jajaja. Gracias por compartirlo! Besotes
Es que es un tema complicado, sobretodo teniendo en cuenta la educación que nosotras hemos recibido.
EliminarYo, aunque estoy de acuerdo con muchas de las cosas que he planteado (y con otras simplemente he pretendido que todas pensemos sobre el asunto), me cuesta muchísimo. Y como se ha comentado más arriba, tiene que haber antes un trabajo personal.
Besos, te echaba de menos.
Veo que el debate ha dado para mucho y os agradezco que hayáis participado tanto porque así hemos podido leer muchas situaciones.
ResponderEliminarIndependientemente de que estemos de acuerdo o no, en poco o en mucho, creo que está bien que nos hayamos planteado estas cuestiones alguna vez. Y me quedo con lo positivo de ver vuestro esfuerzo en la formación de vuestros hijos e hijas.
Nooooo, y yo me he perdido tan interesante reunión de mujeres debatiendo? Ainssss, en qué parra andaría!
ResponderEliminarBueno, ya conoces mi opinión, y conozco la tuya, ahora lo que he hecho ha sido ampliar perspectivas con las opiniones de todas tus seguidoras. Como siempre, me quedaré con lo bueno de aquello que se adapta a nuestro hogar, pero igualmente sabes que soy muy JIRAFA de pensamiento, jejeje.
Soy apasionada en la educación de mis hijos, con lo cual ni me gusta la asepsia ni querría aprenderla.
Nos guste o no, existe una moral sobre la que construimos nuestros propios criterios. Y en tanto en cuanto existe, es susceptible de ser enseñada. Y en el propio significado de la moralidad existe la contraposición de bondad y malicia...
Como Jirafa, suscribo sus sabias palabras: un refuerzo positivo es mucho más que un “muy bien”. Es un enseñar, acompañar, dar libertad para hacer y deshacer (siempre que no haya peligros, se entiende), es darle la total confianza y seguridad de que estás ahí cuando te necesite, es sentirte orgullosa, es hacerle ver que hay peligros, que a veces las cosas no son como les gustaría, es compartir un fracaso, es dejarle que se equivoque, que rectifique, que sepa pedir perdón, es hacerle tener la seguridad, pase lo que pase, de que le quieres....y un largo etcétera que en ningún momento comparto que sea para beneficio de los padres y cual sabia continúa con Creo que la naturalidad, las explicaciones desde el corazón y los ejemplos de sus principales referentes hacen que un niño tenga seguridad, confianza, alta autoestima, etc...y que él mismo vaya aprendiendo por sí solo lo que está bien o lo que está mal
Y es que esa es la razón final de todo mi proceso educativo, que mis hijos estén dotados de recursos suficientes para por sí mismos disponer de un criterio propio. Como suele ser habitual, gran parte del éxito radica en el modo y forma de utilizar una técnica.
Linda, me ausentaré una temporada en mis comentarios por la llegada de Emma. Pero te llevo en mis pensamientos y te seguiré en mi suscripción por mail. Besitos mil!
Te eché mucho de menos en esta entrada, ya lo sabes.
ResponderEliminarConcéntrate en tu Emma y aprovecho para desearle una especial y feliz llegada a los brazos de su mamá.
Muchos besos.