La timidez es esa sensación de vergüenza que podemos sentir ante los demás, principalmente si son personas con las que no tenemos confianza.
La inseguridad y el bloqueo al ser observadas o ser el centro de atención por parte de otros.
Cuando se trata de los más pequeños, ocurre con mucha frecuencia que los adultos pretenden forzar su comportamiento y las consecuencias no son nada buenas por los sentimientos negativos que esto puede producir en los niños. Sentimientos que a veces, como en otras ocasiones, no son tenidos en cuenta.
Si tienes un hijo o hija que en casa es extrovertido, parlanchín, gracioso y espontáneo; pero al estar ante otras personas se transforma en callado, serio, inmóvil o incapaz de contestar a lo que le preguntan... estos son los consejos que te doy:
- Respeta su voluntad y permítele actuar como se sienta más cómodo. No pasa nada si no quiere hablar.
- No le obligues a hacer aquello que no desea.
- No le ridiculices ante los demás con bromas o comentarios, aunque sea con la mejor de las intenciones.
- No le pongas en evidencia, permítele pasar desapercibido si es eso lo que necesita.
- No insistas en que sea el centro de atención pidiéndole que cante, o recite, o haga monerías si ya conoces su timidez.
En casa, en su hogar, donde se siente seguro/a con las personas en las que confía, es donde podemos trabajar juntos para superar esos sentimientos.
Primero tendremos que valorar cómo afecta esa timidez al desarrollo y las relaciones sociales de nuestros hijos e hijas. Si no afecta de una forma significativa, entonces tampoco es necesario hacer algo especial, simplemente las personas somos diferentes y no todas podemos ser igual de extrovertidas.
Pero si creemos que nuestro/a peque necesita un poco de ayuda, podemos:
- Ser su mejor ejemplo, papá y mamá, ya que los niños aprenden de nuestros actos. Si nos ven seguras ante los demás comprenderán que no hay nada que temer.
- Reforzar su autoestima. Que sepan siempre que son amados sin condiciones y que son personas muy valiosas.
- Relacionado con lo anterior, evitar referirnos a ellos de una forma negativa, no faltarles al respeto, tener en cuenta sus sentimientos y no compararles con otros.
- Potenciar las actividades en grupo. Dejar que elija una actividad que le guste y que esté organizada de tal forma que implique el contacto con otros niños o niñas. Motivarle a participar, pero sin obligar.
- Resaltar siempre sus logros, por pequeños que sean, y conversar juntos sobre lo que fue capaz de hacer y cómo se sintió.
¿Y tú cómo lo haces? ¿Quieres compartir tus consejos con nosotras?
Cuando se trata de los más pequeños, ocurre con mucha frecuencia que los adultos pretenden forzar su comportamiento y las consecuencias no son nada buenas por los sentimientos negativos que esto puede producir en los niños. Sentimientos que a veces, como en otras ocasiones, no son tenidos en cuenta.
Si tienes un hijo o hija que en casa es extrovertido, parlanchín, gracioso y espontáneo; pero al estar ante otras personas se transforma en callado, serio, inmóvil o incapaz de contestar a lo que le preguntan... estos son los consejos que te doy:
- Respeta su voluntad y permítele actuar como se sienta más cómodo. No pasa nada si no quiere hablar.
- No le obligues a hacer aquello que no desea.
- No le ridiculices ante los demás con bromas o comentarios, aunque sea con la mejor de las intenciones.
- No le pongas en evidencia, permítele pasar desapercibido si es eso lo que necesita.
- No insistas en que sea el centro de atención pidiéndole que cante, o recite, o haga monerías si ya conoces su timidez.
En casa, en su hogar, donde se siente seguro/a con las personas en las que confía, es donde podemos trabajar juntos para superar esos sentimientos.
Primero tendremos que valorar cómo afecta esa timidez al desarrollo y las relaciones sociales de nuestros hijos e hijas. Si no afecta de una forma significativa, entonces tampoco es necesario hacer algo especial, simplemente las personas somos diferentes y no todas podemos ser igual de extrovertidas.
Pero si creemos que nuestro/a peque necesita un poco de ayuda, podemos:
- Ser su mejor ejemplo, papá y mamá, ya que los niños aprenden de nuestros actos. Si nos ven seguras ante los demás comprenderán que no hay nada que temer.
- Reforzar su autoestima. Que sepan siempre que son amados sin condiciones y que son personas muy valiosas.
- Relacionado con lo anterior, evitar referirnos a ellos de una forma negativa, no faltarles al respeto, tener en cuenta sus sentimientos y no compararles con otros.
- Potenciar las actividades en grupo. Dejar que elija una actividad que le guste y que esté organizada de tal forma que implique el contacto con otros niños o niñas. Motivarle a participar, pero sin obligar.
- Resaltar siempre sus logros, por pequeños que sean, y conversar juntos sobre lo que fue capaz de hacer y cómo se sintió.
¿Y tú cómo lo haces? ¿Quieres compartir tus consejos con nosotras?
Hola Maribel, la verdad es que me parece una entrada muy útil. Mi peque la verdad es que de momento no es tímida, más bien todo lo contrario, habla con todo el mundo (y mucho) y se fía de todo el mundo, lo cual a veces sí me ha parecido un problema.
ResponderEliminarPero la verdad es que comparto totalmente tu forma de afrontar esa timidez que a veces muchos padres no entienden y pasan por "encima" de lo que sus hijos quieren o necesitan.
Un abrazo y gracias por estos maravillosos consejos.
El caso que tú planteas de la excesiva confianza podría ser un problema en el caso de los niños que se van con cualquiera o no intuyen el peligro.
EliminarSi te parece bien, otro día podríamos comentar sobre ello.
Gracias por pasarte.
Yo lo que hago cuando me encuentro que el mayor le da timidez con alguien es luego explicarle la situación como ha sido, lo que él ha hecho y el mismo suele decirme que debería haber hecho otra cosa. Entonces le digo que no se preocupe que si se ha dado cuenta ya es mucho y que la proxima vez seguro que le saldrá mejor. Para ello en ocasiones se puede hacer después del encuentro, pero en otras he preferido comentarselo en casa, en su cuarto sentados en el suelo que es donde tenemos nuestras "charlas transcendentales".
ResponderEliminarMe parecen geniales esas conversaciones y que los dos analicéis la situación. Si él sólo puede llegar a sus propias conclusiones, pues entonces mucho mejor aun.
EliminarLo importante de lo que cuentas es la gran confianza entre vosotros para poder hablar de ello.
Besos
Hola!!, lo primero de todo felicitarte por el blog.
ResponderEliminarMi hijo de cinco años encaja bastante bien en lo que se podría decir que es un "pequeño gran tímido". Le atemorizan las situaciones nuevas y se esconde detrás de mi siempre que alguien desconocido se acerca, lo pasa fatal cuando, a menudo, a la gente le divierte su timidez e insiste, sin mala intención, en dirigirse a él... Estoy de acuerdo con lo que dices, nunca hay que forzar las situaciones que el niño pretende evitar. Yo además, jamás digo delante de él que es tímido o vergonzoso (las personas somos lo que nos dicen que somos porque acabamos creyéndonoslo) e intento que los demás tampoco lo hagan, cosa que resulta bastante difícil. Como dices un buen autoconcepto le ayudará a llevarlo cada vez mejor en este sentido, por lo que siempre refuerzo mucho las conductas que tienen que ver con las relaciones sociales positivas. También procuro hablarle de como me siento yo en circunstancias parecidas, para que él aprenda a identificar y poner nombre a sus emociones sin sentirse mal por ellas...
De todos modos a medida que se hace mayor se va soltando un poquito más, lo cual es estupendo por que realmente lo tímidos lo pasan fatal y forzarles a cambiar su actitud, como tantas veces se hace, lo que consigue es agravar la situación.
Un saludo
¡Muchas gracias!
EliminarNo sé por qué a la gente le divierte un peque tímido, supongo que lo verán gracioso, pero está claro que quedar en evidencia es un mal trago para las personas tímidas.
De más mayores a lo mejor hay recursos para enfrentarse a las situaciones, pero los más pequeños no los tienen; si acaso quedarse callados o esconderse detrás de su madre.
Y tienes mucha razón en el apunte de las etiquetas. Si los niños oyen constantemente que son vergonzosos, creerán sin duda que son así y que no pueden ser de otra forma.
Creo que muchas veces es una necesidad de los padres para justificarse, explicar que su hijo es tímido para que nadie lo confunda con mala educación. Pero en este caso quizá no debería importarnos tanto la opinión de los demás.
Saludos
Mi gordito también es muy timido y miedoso, y me vienen genial vuestros consejos porque todavía es pequeño y no le he dado demasiada importancia, siempre he pensado "ya se le pasará". Un beso!
ResponderEliminarYa nos contarás cómo avanza.
EliminarEs cierto que muchas veces al hacerse más mayores se van soltando un poquito más.
De todas formas los consejos creo que también valen para los más pequeñitos porque también pueden llegar a pasarlo mal en algunas situaciones.
Besos
Mil gracias por la entrada. Mi mayor no soporta las multitudes y se agobia muchísimo y todo el mundo (con la mejor de las intenciones) intenta que sea de otra manera. Yo se que la gente lo hace con buena intención, pero a mi también llega a agobiarme porque quiero lo mejor para mi peque y los demás no lo entienden (estamos acostumbrados a ver a los niños como objetos). Digo que le dejen tranquilo, que no pasa nada, pero ellos erre que erre "ay, que vergonzoso" "pues si no me das un beso no te quiero" O_O "mira tu hermano", así que como lo de ir por las buenas no funciona y no quiero ir por las malas, intento evitar este tipo de situaciones.
ResponderEliminarAl final me ha salido un desahogo.
Un besazo!
Pues es una buena opción la que nos cuentas porque así nadie lo pasará mal ni terminaremos enfadadas con los demás.
EliminarCreo que es una falta de consideración, creer que los niños son así porque quieren y basta que alguien lo diga para que empiecen a ser de otra manera.
Además las comparaciones no me gustan nada.
Desahógate todo lo que necesites.
Besos
Muy buenas recomendaciones. Nuestros peques, cuando más lo sufren es con el cumpleaños feliz. Les pone de los nervios que les rodeen y les empiecen a cantar a voz en grito. Les amarga el día realmente. Así que lo preparamos con tiempo, en pequeños grupos, anticipándoles siempre lo que va a ocurrir (verbalmente o con pictogramas), poquito a poco y por supuesto, como bien dices, respetando siempre su voluntad. Si no quieren que se les cante, no se hace y punto. Qué manía con presionar a los niños, leñe.
ResponderEliminarUn besito.
Me encanta cómo lo hacéis, siempre respetando.
EliminarEn el caso de las fiestas, y generalizando mucho, supongo que la gente cree que a todo el mundo le gustan, pero no siempre es así, sobretodo si vas a ser el protagonista.
Con lo fácil que sería tener en cuenta los deseos de cada uno, y lo difícil que lo hacemos a veces...
Besitos
Ufff, aún recuerdo cuando mi madre saludaba a alguna amiga y yo me escondía detrás de ella por timidez, a lo que ella reaccionaba con un "¡Mira la niña! ¡Tonta sal de ahí y saluda!".
ResponderEliminarSolucioné el tema saliendo a correr cada vez que aparecía alguna amiga, que no siempre era posible y no sé si mi madre saltaba con "Mira la niña que se escapa cuando ve a alguien" o no, pero al menos me evitaba ese momento "Tierra trágame" jajaja. Besotes!
Ayyy, eso me da mucha pena...
EliminarImagino a un niño pequeño que no tiene más recursos disponibles que esconderse detrás de quien cree que le va a proteger, y esa persona va y le "delata".
Parece como una traición.
Besos
Muy interesante esta entrada. Ya sabes que al pequeño le pasa lo mismo, más que nada cuando se trata de dar besos(creo recordar que en otra entrada ya hablaste de ese tema) y aunque parezca que lo hace por rebeldía, en realidad lo pasa fatal, y nosotros también porque a nosotros también se nos ha dado el caso de que le han llegado a decir eso de "no, a ti no te quiero hasta que no me des un beso, mira tu hermano qué bueno es que sí da besos"
ResponderEliminarUn beso
Sí, ya escribí sobre no obligar a dar besos.
EliminarEs que a veces la timidez se puede confundir con mala educación y yo creo que es una obsesión que tenemos (en general) el hecho de tener que adaptarse a unos convencionalismos sin tener en cuenta cómo son y se sienten los niños. Los mayores al fin y al cabo sabemos aguantarnos mejor...
Y lo de las comparaciones no me gusta nada... y el chantaje emocional de los besos menos todavía...
Besos