Palabras: Vela, Cama, Muñeco
Había una vez un niño que dormía feliz abrazado cada noche a sus padres y unos padres que dormían felices compartiendo cama con su hijo.
Pero un día apareció un señor al que aquello no le gustaba nada y después de mucho hablar consiguió hacer dudar a mamá y a papá.
¿Y si realmente se habían equivocado?...
Llegó la noche y algo raro sucedía en casa, las caras serias de los mayores le asustaron.
Mamá le llevó a otra habitación y a otra cama, le explicó que ya era mayor y tenía que empezar a dormir solo. Le dejó con un muñeco como única compañía y una lamparita con forma de vela para que no tuviera miedo.
El niño lloró en la cama y mamá lloró detrás de la puerta.
Pero como en los mejores cuentos, esto sólo fue una pesadilla. Tocó a papá y a mamá y se durmió.
Qué suerte tiene ese pequeño de que sólo fuera una pesadilla. Lástima que para otros, sea la realidad de cada noche.
ResponderEliminarMuy bonito Maribel.
Besos!
Es muy triste...
EliminarNo el hecho de no colechar, que yo respeto las opciones de cada familia, sino el dejar llorar a un niño.
Besos
Precioso cuento!! Di que si, que nadie me diga a unos papás como tienen que educar a sus hijos y si quieren hacer colecho que lo hagan hasta que ellos lo deseen, a veces hay personas que hablan de más. Un besote cielo me ha gustado mucho
ResponderEliminarEso es.
EliminarLIbertad para cada familia de hacer las cosas como quieran.
Besos
Genialmente explicada la sensación del niño ante la barrera que se empeñan en colocar algunos entre niño y padres. Cada niño aprende y madura en su momento, no deberíamos hacer nada antinatural, que les pueda suponer un trauma.
ResponderEliminarSiempre intento ponerme en el lugar del niño e imaginar sus sentimientos, aunque en esta ocasión no he podido olvidar a la madre sufriendo al otro lado de la puerta.
EliminarBesos
Qué bonito !!! sobretodo es pensar que si quieres o no dormir con tu hij@ es cosa tuya y no de un señor que anda de paso por ahí
ResponderEliminarMarisa, madre estresada
Claro, eso es lo que yo pienso.
EliminarYo no estoy en contra del no-colecho, lo que me gustaría es que cada familia pueda hacer lo que mejor les va sin tantas críticas y sobretodo respetando las necesidades de los niños.
Saludos
Tan real como la vida misma. Muy chulo el cuento!!!
ResponderEliminarUn beso
Gracias Lidia.
Eliminar¿Por qué no te apuntas los domingos? Seguro que también tienes muchas historias que contar.
Besos
Puffff, no se si me da la imaginación para tanto. Ahora la verdad es que creo que me queda grande. Ya veré más adelante!!
EliminarPuedes hacer lo que yo hice:
EliminarLo llevaba viendo varias semanas y no me decidía porque me parecía complicado lo de que fuesen justo 150 palabras.
Así es que un día, fuera de plazo y sin intención de publicar nada, me cogí uno de los retos y probé a ver qué me salía.
El resultado me pareció que no estaba mal y por eso me animé a participar.
Bien que fue una pesadilla!! jeje me da mucha penita cuando se les deja llorar solitos, nunca podrá ser bueno para nadie. Bonito tu cuento!
ResponderEliminarNo me gusta nada dejar llorar a los niños.
Eliminar¡Gracias!
Felizmente fue solo una pesadilla! Lamentablemente a veces confiamos más en lo que dicen los "expertos" que en nuestros sentimientos e instinto, y esto nos puede llevar a cometer grandes errores, como dejar a un pequeñín llorando solo y muerto de miedo en su habitación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Lo importante es que nosotros (la familia) estemos a gusto, las cosas de un hogar no les debería importar tanto a los de fuera.
EliminarBesos
Guauuu, pues al final he hecho bien en no acostarme... no crees que se aprende mucho de las personas que hay detrás de las palabras de este reto? En particular contigo he conocido una algo de ti, de lo que casi no sueles hablar en el blog, en el sentido que generalmente suele ir más encaminado al tema educativo... ¡y eso me ha encantado!
ResponderEliminarY lo segundo, me he reforzado en el pensamiento que siempre he tenido de ti, esa maravillosa capacidad que tienes de plantearte verdaderamente abiertas las dudas y ser capaz de experimentar diferentes corrientes dejando los prejuicios de lado para descubrir tus propias sensaciones... guauuu, eso ya te comenté que me hace pensar mucho porque yo soy más cerrada.
Me encantó! Sí, señorita, todos, todos, todos, me están enseñando algo nuevo!
Un abrazote!
Yo no creo que seas cerrada para nada.
EliminarDetrás de todo lo que escribimos hay algo de nosotras. Depende del estilo puede fluir mejor o peor. Estos relatos en los que dejamos volar la imaginación nos describen muy bien si intentamos leer entre líneas, seguro que todas aportamos cosas personales en ellos.
Muchos besos
Hermoso Maribel que B pueda contar con esa seguridad, triste que haya muchos peques que no, de manera brusca.
ResponderEliminarYa sabes que "caminamos juntas".
Un abrazo
Sí, lo sé.
EliminarAl final lo fundamental no es el colchón en el que se duerme, sino la forma de criar con amor y respeto, en una habitación o en otra.
Besos
Me alegro de que sea solo una pesadilla. Esa angustia es la realidad de muchos niños y de muchos padres.
ResponderEliminarUn besazo!
A mí me gustaría que todas las angustias de los peques fuesen malos sueños de los que se puede despertar en algún momento.
EliminarBesos
Es precioso Maribel. Nuestros hijos ya no duermen con nosotros pero siempre, sin excepción, cuando me necesitan o se vienen a nuestra cama o me voy yo a la de ellos. Nunca permitiré que tengan miedo o se sientan desamparados. Es un cuento muy bonito que sensibilizará a michas familias que dudan con este tema. Besos.
ResponderEliminarGracias Sonia.
EliminarLo importante es precisamente que no queden desamparados, ya duerman solos o acompañados, que sepan siempre que hay alguien pendiente si lo necesitan.
Besos
Hola Maribel, un cuento precioso y muy real. Yo no soy del colecho pero por motivos personales, tengo un sueño tan ligero y tengo la sensación de que si me muevo lo aplastaría que entonces no hubiera dormido en toda la noche, me conozco. Bastante poco ya dormí con los peques en la cuna. La cuna siempre la he tenido al lado. Terremoto cuando lo pasé a otra habitación yo me fui a dormir a su lado en otra cama, así hasta los cuatro años y poco en que ya quiso pasar a la cama él. Tsunami ha sido más adelantado y fue el al poco de cumplir los dos añitos que nos dijo que él ya era mayor y que nada de cunas ni de estar en el cuarto de los papas, que él queria el suyo propio y con cama grande. Este siempre tan autónomo e independiente.
ResponderEliminarYo no estoy en contra del no-colecho. De hecho creo que descansar y dormir bien es algo tan importante que cada uno tiene que encontrar la forma en la que mejor se siente. A mi me han contado personas que al colechar no descansaban bien, bueno, tampoco hay que empeñarse en nada por la fuerza. Sólo hacer todo lo posible para que los niños no se sientan abandonados.
EliminarBesos
Si supieras que esa pesadilla la vivimos en casa, aunque por corto espacio de tiempo, el que tardé en darme cuenta de que ninguno de nosotros era feliz. Un fuerte abrazo y te felicito por tu escrito, es una manera muy clara de enseñar a muchos a comprender lo esencial.
ResponderEliminarBesos
Me alegro de que os dieséis cuenta. No tiene sentido hacer algo que hace sufrir a todos.
EliminarDecidamos lo que decidamos, al menos que sea porque para esa familia es lo mejor y que nadie lo pase mal.
Besos
Que precioso cuento. Se lo voy a mandar a mi marido ahora mismo al email para que deje de intentar evitar que me quede en la cama con Daniel hasta que se duerma o traiga a Iván a nuestra cama en las noches difíciles.
ResponderEliminarYo procuro no decirle a nadie como tiene que dormir, pero... se está tan a gusto cerquita de ellos... Después, cuando sean más mayores, serán ellos los que no quieran saber nada de compartir cama y seguro que nosotras lo echaremos de menos.
Eliminar