Aprendizaje respetuoso como parte de la crianza

jueves, 29 de noviembre de 2012

Cuando el cuerpo nos salva


Sigo escribiendo sobre la salud de los niños, o más bien la falta de ella, esta vez es por un artículo de Laura Gutman que me ha enviado una amiga y que podéis leer en la revista "El mundo de tu bebé", número 215.
Quisiera compartir únicamente el primer párrafo:

"Los niños sufren de estrés tanto como los adultos. De soledad, de angustias, de tristeza, de represión y de cansancio. Los niños necesitan -al igual que las personas mayores- tomarse vacaciones de ciertas rutinas cotidianas. A veces precisan poner un freno a la obligación de sostener relaciones con otros niños. O disminuir drásticamente algunas actividades escolares o deportivas. Los niños están cansados y buscan la forma de decir basta. Pero con frecuencia no son escuchados: No quiere ir a la escuela, pues tiene que ir de todas maneras. Le da miedo asistir a clases de kárate, pues tendrá que hacerse fuerte. No le gusta la comida que le sirven en casa de sus abuelos, pues deberá comérsela sin miramientos. Al final, desesperado y sin recursos para ser comprendido, el cuerpo actúa. Enferma. Y lo salva."

Creo que ya todas sabemos que los problemas emocionales se manifiestan en el cuerpo. Y esos problemas no siempre tienen que ser grandes desgracias a los ojos de los demás, porque la medida de los sentimientos es algo muy subjetivo. Sobretodo cuando hablamos de los niños y la situación en la que a veces se encuentran de ser considerados "personas de segunda", creyendo que sus sentimientos y sus causas son menos importantes (en el mejor de los casos) o verdaderas tonterías (en demasiadas ocasiones).

Los niños nos llaman como pueden. A veces les resulta difícil hacerse entender, a veces les resulta difícil hacerse oir.
Lo intentan de una y mil formas antes de que el cuerpo reaccione y acuda en su ayuda.
¿Es que las madres y padres no escuchamos a nuestros hijos como debiéramos? Puede que no nos demos cuenta, que no nos parezca tan importante el asunto en concreto, que nos falte el tiempo...

Es muy triste que esos ratos de quietud, de mimos, de no hacer nada más que mirarnos, de tumbarnos en el sofá, de abrazarnos durante horas, de sentir nuestra respiración tan cerca y el calor de nuestros cuerpos, de no atender a nada ni a nadie más allá del pequeño que está en nuestros brazos, sólo ocurran ante la enfermedad.


16 comentarios:

  1. Uf! Con lo difícil que te lo pone la vida y lo escaso de la conciliación laboral, los ratos libres son para mi peque al 200%....
    Yo, si pudiera, estaría mucho más tiempo con mi nena, pero no tengo ese privilegio...
    :(

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    1. Estoy segura de que serías feliz pasando mucho más tiempo con tu hija, a veces las circunstancias no nos lo permiten. Pero al menos el tiempo que pasamos con ellos/as que sea en exclusiva.
      A veces estamos con los peques con el cuerpo, pero nuestra mente anda perdida en otros asuntos y creo que ellos lo notan.

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  2. Comparto todas y cada una de tus palabras. Deberíamos escucharles más y juzgarles mucho menos. Un abrazo siempre es terapéutico, tanto para los niños como para nosotros.
    Besos!

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    1. Como comentaba más arriba, a veces no se pueden cambiar las circunstancias, pero al menos que se sientan arropados y comprendidos.
      Besos

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  3. Cierto es, a veces se presiona, o presionamos, en demasía a los niños para hacer tantas cosas que ellos no pueden o quieren, aunque sea por su bien, que acaban diciendo basta, y como les cuesta espresar lo que sienten, se transforma en malestar del cuerpo. Muy acertada tu reflexión. Un abrazo

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    1. Creo que es muy importante tenerlo en cuenta porque hay muchos casos de enfermedades continuas, con las correspondientes medicaciones. Y pudiera ser que la causa fuese emocional y el tratamiento necesario fuese otro.
      Saludos

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  4. Me temo que es muy difícil escuchar a mi hijo mayor. Sobre todo porque cambia de opinión cada minuto. Hoy el cole es aburrido y mañana lo mas divertido del mundo. Hoy adora a su amigo Guille y mañana no lo quiere volver a ver en la vida. Hoy le encanta el huevo frito y al día siguiente lo ve y pone una cara de asco espantosa... Es muy importante escucharlos, pero hay que tener en cuenta que muchas veces no saben ni lo que quieren o no saben expresarlo y la mamá y el papá hacen lo que pueden. Para mí, lo más importante es que los padres se conduzcan siempre desde el amor a sus hijos.

    Muchas gracias por este post. Me parece muy necesario.

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    1. Si supieras como te entiendo...
      Anoche mismo tuvimos unas horas tremendas con el peque, ni nosotros sabíamos qué le pasaba o qué quería, y yo creo ni él mismo lo sabía, o no sabía expresarlo mejor. Enfado, lloros... y aun no sabemos qué era lo que le pasaba.
      En esas situaciones es fácil desbordarse por la impotencia de no saber qué hacer. Pero quizá un abrazo (si es que se dejan) y unos besos puedan solucionar muchas cosas.
      Saludos

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  5. Hay Maribel, que quieres que te diga, cuando he visto tantas veces estallar y colapsar a mi mayor por cosas que le superaban y le desbordaban, y teníamos que acabar medicandole por algo de eso. Ya se que mi caso no es el más habitual, pero lo que dices es muy cierto y no todos lo tienen en cuenta, muchos por falta de tiempo y otros porque creen que sus hijos son unos super-niños que tienen que embutir un montón de cosas a presión para que sean la ostia. Muchos no se plantean que serían más felices con menos extraescolares y más parque por ejemplo.
    La psicologa del mayor cuando le pedía si tenía que ponerle más terapia en algunas ocasiones me dijo "Laura, es un niño, hace más de lo que puede, dejale disfrutar y ser un niño"

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    1. Tú has podido comprobarlo de una forma muy intensa.
      Sin duda la situación de tu hijo mayor es especial, pero creo que te ha servido también esa experiencia para plantearte muchas cosas en la forma de educar al pequeño.
      Besos

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  6. Hola! Debemos estar muy atentos a todo lo que nos puedan transmitir nuestros hijos, en cada etapa, buscar siempre que nos están queriendo expresar. Saludos.

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    1. Sí, al final debe ser un trabajo nuestro ya que es nuestra responsabilidad. O al menos ofrecernos todo lo que podamos cuando no somos capaces de averiguarlo.
      Saludos

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  7. Hay veces que es complicado escuchar a nuestros hijos, por diversos motivos, pero tenemos que hacer el esfuerzo de escuchar lo que les ocurre en cada momento, para saber consolarlos, reír con ellos, o simplemente explicar el día a día.
    Besos!

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    1. Sí, eso lo sabemos todas, a veces es muy difícil.
      Pero el verdadero peligro está cuando no tenemos la intención o cuando creemos que las quejas de los niños no están justificadas.
      Besos

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  8. Uf que razón tienes. Esto nos pasa a los adultos autoexigentes también. NO nos permitimos descanso hasta que enfermamos y el el modo que nuestro cuerpo tiene de hablarnos cuando no le escuchamos. Subhanallah. UN besito ujti, es muy interesante la entrada, me ha encantado.

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    1. Muchas más veces de las que creemos nuestras enfermedades están causadas por emociones o pensamientos, por eso es bueno cuidar el alma igual que intentamos cuidar el cuerpo.
      Besos

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