jueves, 22 de diciembre de 2011
Nos fijamos en el paso del tiempo
Ahora que ha llegado el invierno puede ser un buen momento para que B empiece a conocer el concepto del tiempo, o más bien, del paso del tiempo.
Y digo lo del invierno porque el transcurso de las estaciones del año también es una forma de observar el paso del tiempo.
Podemos comentar los cambios que vemos en todo lo que nos rodea: el clima, el aspecto del paisaje, nuestra forma de vestir, las cosas que hacemos...
El calendario y el reloj son las formas que solemos usar en nuestra vida diaria para medir el tiempo.
Y como va a llegar pronto el año 2012, podemos encontrar multitud de calendarios de todo tipo.
Los calendarios son objetos muy interesantes desde el punto de vista del aprendizaje y pueden dar lugar a muchas actividades.
Mi idea es conseguir un calendario completo para B. Quiero decir un calendario tipo póster en el que vengan todos los meses juntos para que se pueda ver todo el año al mismo tiempo. Lo pegaremos en la pared de su habitación, a su altura.
Con el calendario podemos:
- Conocer los números hasta el 31 (ahora B conoce hasta el 20).
- Aprender los nombres de los días de la semana, meses del año y las cuatro estaciones (pero no como listados de palabras que se aprenden de memoria y no tienen ningún sentido, sino relacionados con su día a día y aprendidos después de observarlos muchas veces).
- Entender los conceptos antes-después y pasado-futuro.
- Iniciarse en las sumas y restas, calculando los días que han pasado, los días que faltan para acabar el mes, cuánto falta para una determinada fecha...
- Los más mayores pueden incluso empezar a estudiar las fases de la luna o los movimientos de la Tierra alrededor del Sol.
La actividad que quiero proponerle a B es que cada mañana señalemos el día en el que estamos. Que sepamos en qué mes nos encontramos y en qué día de la semana.
Que señalemos en el calendario fechas importantes para nosotros y vayamos calculando si falta mucho o poco para que lleguen.
He recortado una tarjeta de cartulina para señalar la llegada del invierno (es la de la foto del principio). Quiero hacer otras parecidas para las demás estaciones y pegarles velcro por la parte de atrás. Junto al calendario pegaré también un trozo de velcro y así podemos ir marcando la estación en la que estamos en cada momento.
Otra idea que se me ha ocurrido es elegir un paisaje y fotografiarlo en las distintas estaciones para comparar los cambios.
En estos días he visto varias propuestas de calendarios en otros blogs. Podéis ver algunos de los que me han gustado aquí y aquí.
Si tenéis mas ejemplos y queréis compartirlos, podéis dejar los enlaces en los comentarios.
Me gustaría que este blog fuese también un lugar en el que compartir la información y las ideas de tod@s.
Etiquetas:
Calendario,
Lectoescritura,
Matemáticas,
Naturaleza
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Me ha gustado mucho esta entrada, nunca me habia parado a pensar la cantidad de informacion que hay en un calendario y sus posibilidades!
ResponderEliminarMe a gustado mucho el calendario de fieltro del segundo enlace qu ehas puesto. Me voy a poner a hacer uno parecido. Yo por ejemplo los estados de humos no me va mucho el poner eso, porque en un mismo dia experimento muchos humores, jajaja. Tambien necesito que se vea un calendario geneal del mes con sus casillas para apuntar mis citas medicas y cosas, porque mi calendario de pared de la cocina es mi agenda. Así que ideare algo que sea una mezcla de varios, si Dios quiere cuando termine todas las cosillas que tengo entre manos y pendientes...quiza para el año que viene, jajaja.
Aysss, yo también ando pensando en el calendario... ¡el día 1 de enero es un buen momento para empezar! Gracias por el empujón que me has dado, excelente entrada! Saludos.
ResponderEliminarMuy buena idea, con un simple calendario la de cosas que se aprenden
ResponderEliminarQue bien que esteis pensando en el calendario.
ResponderEliminarY con lo creativas que sois, seguro que me sorprendéis.
Si os apetece luego podéis poner fotos para ver como os ha quedado.
Es verdad que se puede aprender mucho. A veces tenemos cosas cerca con muchas posibilidades y no nos damos cuenta.