He dicho muchas veces, porque así lo pensaba, que B no es un niño al que le guste mucho dibujar.
Desde hace tiempo he puesto a su disposición distinto material para que pudiese elegir: lápices de colores, ceras, acuarelas, rotuladores...
Le compré hace bastantes meses varios libros con dibujos para colorear. No pretendía que empezase a pintar sin salirse de los márgenes ni nada de eso, sólo me pareció un buen soporte para aficionarse a pintar, creí que los dibujos le motivarían. Pero no fue así.
Al principio coloreó varias hojas, supongo que estaba emocionado por la novedad, pero pronto se cansó y ahí quedaron los libros.
Un tiempo después, a raíz de leer varias entradas del blog Seeducansolos, empecé a plantearme el dibujo desde otro punto de vista.
Leí al respecto también en otros lugares y entendí que el dibujo no era un objetivo (tal y como yo se lo había presentado anteriormente a B) sino que era un proceso, una forma de expresión, que implicaba un desarrollo y el paso por una serie de etapas, todas ellas importantes.
Podéis leer aquí sobre las diferentes etapas del dibujo infantil, es un enlace que he tomado del blog El diario de mamá.
Desde finales del mes de Abril, así planteo el dibujo con mi hijo:
- Como algo habitual, le propongo dibujar varios días a la semana.
No es una obligación. Si él no quiere, no le presiono.
El decide cuánto dura la actividad. Cuando dice que ha terminado, recogemos, aunque sólo hayan pasado pocos minutos.
Pero sí creo que es importante propiciar que haya una regularidad para que el proceso se pueda ir desarrollando.
- No le doy a B papel usado o viejo para dibujar ya que su trabajo no está destinado al cubo de la basura, sino que es algo valioso. Por eso pongo su nombre, la fecha y lo guardo.
Le doy a B folios blancos para sus dibujos.
- De momento dibuja con rotuladores porque permiten hacer el trazo con mayor facilidad y así evitamos "interferencias".
- Yo no dirijo la actividad, me limito a acompañar y ayudar.
Le sujeto el papel para que no se mueva y le ayudo a tapar los rotuladores cuando él me lo pide.
- Le proporciono unas pocas normas básicas: no se pinta fuera del papel y los rotuladores hay que taparlos para que no se sequen.
- No sugiero colores ni formas, no hago preguntas, no valoro si el dibujo me parece bonito o feo.
Pero no permanezco indiferente.
Si mi niño me dice que ha dibujado "tal cosa" yo pongo atención para verlo con él. Y si él se pone contento con su dibujo, yo me alegro con él.
Edito la entrada porque veo que en un punto me he expresado mal y quiero aclararlo.
Me refiero a cuando he escrito que no le doy a B papel usado o viejo para dibujar.
Veo que he usado bastante mal las palabras. Quienes me leéis a menudo sabéis que soy partidaria de guardar y reciclar todo lo que se pueda aprovechar.
Por supuesto que es estupendo reutilizar el papel. Mi idea iba más en el sentido de las veces que les damos a los niños papel que consideramos inservible y que no tardaremos en tirar a la basura, pensando que el dibujo del niño no tiene ningún valor y también irá derecho al cubo de la basura.