Os contaba en esta entrada mis primeras impresiones con las cuentas de colores de Ikea.
En los comentarios me distéis diferentes ideas para hacer con ellas. Una de las más populares fue usarlas para hacer collares y pulseras.
Yo quería que B participase y me pareció complicado para él meterlas en un hilo, así es que me quedé pensando cómo conseguir algo un poco más rígido para facilitarle la tarea.
Me acordé entonces de una actividad que había visto en el blog de Inma, Para mi peque con amor, en la que fijaron unos espaguetis en una base de plastilina y luego metieron macarrones de colores en ellos. El resultado era muy bonito.
Y yo hice mi adaptación particular.
Clavamos uno o varios espaguetis en una base en la que queden sujetos. Yo usé un trozo de esponja (una muestra que me dieron en una fábrica de sofás, de los asientos, mi costumbre de guardar casi todo...).
Ponemos un puñado de cuentas en un cuenco y a empezar.
¡Qué contento se puso B cuando metió la primera cuenta!
Tengo que deciros que el agujero de las cuentas es casi del mismo grosor que el espagueti. Se requiere bastante precisión para un niño que no está acostumbrado, supongo que es cuestión de práctica.
Es por eso que se cansó pronto, pero estuvo bien para ser el primer día.
Hasta aquí llegó:
Después prefirió que fuese yo quien siguiese poniendo las cuentas, él elegía los colores y me las iba dando. Cogerlas con los dedos también tiene su dificultad. Creo que con una pinza, como me dijisteis, puedes ser más fácil.
Tengo pendiente ir haciendo las otras ideas que me disteis: las cuentas derretidas, la botella sensorial... y otras.
Y siempre que se os ocurra algo, todas las propuestas son bienvenidas.